
McLaren ha dominado una accidentadísima Práctica 2 de la F1 en el GP de Japón, con cuatro banderas rojas. Tsunoda y los Racing Bulls han sorprendido, metiéndose en las primeras posiciones, pero Mercedes y Ferrari mostraron buenas señales a lo largo de las dos prácticas.
Enseguida de comenzada la sesión, al malhadado Jack Doohan no se le cerró el DRS en la curva 1 y estrelló su Alpine contra las defensas. Deberá aprovechar al máximo la P3, luego de haber visto de afuera la P1, donde Ryo Hirakawa se subió a su auto y mostró un muy buen nivel.
Después de un parate de más de veinte minutos para reparar las barreras de Spoon, el que chocó en seguida fue Alonso, que mordió pasto y se fue a la leca en Venier. No lo pudo sacar y fue la segunda bandera roja.
Tras la reanudación después del incidente de Alonso, la sesión volvió a detenerse brevemente en dos oportunidades, por pequeños incendios en el pasto, por lo que parece, por las chispas que lanzan los autos.
Todo esto desfiguró los planes de trabajo de todos, y resulta difícil, incluso para los equipos, sacar demasiadas conclusiones. A McLaren le salen los tiempos rápidamente, pero la parte delantera del coche naranja papaya ha vuelto a causar problemas, como en China: en circuitos de gran influencia de la aerodinamia, el McLaren es un auto nervioso, por lo que parece.
El resto quedó a más de cuatro décimas de Piastri-Norris, pero con una parrilla parejísima y muy mezclada: Isack Hadjar, de Racing Bulls, se colocó sorpresivamente en la tercera posición. Apenas una décima de segundo separó a los ocho primeros clasificados, incluyendo a Max Verstappen en la octava plaza.
Lo poco que se vio en la práctica más trascendente del fin de semana, la 2, obligará a los equipos a extremar las pruebas en la P3 de cara a la Qualy del sábado y los ensayos con tanques cargados, de cara a la Carrera del domingo, que, por lo que parece, será con lluvia intensa durante gran parte de la jornada, aunque en principio no durante el Gran Premio.
Por todo esto, podemos repetir lo que dijimos el viernes en Australia: por las circunstancias deportivas y climatológicas, y por las características del circuito, el domingo puede ser un carrerón con un ganador imprevisible. Este año, en un nivel de paridad tan grande, el solo hecho de quedar adelante en una pista muy revirada y angosta como Suzuka puede darte el triunfo, y es muy probable que haya coches de seguridad: incluso un Racing Bulls o un Williams podrían soñar con una victoria alocada, si la lluvia o los coches de seguridad empiojan las estrategias.