
La intensa temporada de lluvias que azota Bolivia desde noviembre ha causado hasta el momento la trágica pérdida de 55 vidas y la desaparición de ocho personas. El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que un total de 590.529 familias han resultado afectadas o damnificadas en las nueve regiones del país, abarcando 6.174 comunidades. Las regiones de Beni, Oruro y Chuquisaca han declarado "desastre departamental", mientras que La Paz y Santa Cruz se encuentran en "emergencia departamental".
Los daños ocasionados por las lluvias, deslizamientos e inundaciones han provocado la evacuación de 103 familias y la destrucción completa de 1.204 viviendas en 232 municipios del país. El viceministro Calvimontes advirtió que, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), las lluvias persistirán durante abril, lo que podría generar nuevos desbordes de ríos en diversas áreas.
Para hacer frente a esta emergencia, el "Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas" se encuentra activo desde el 1 de noviembre, movilizando a 4.078 militares para tareas de rescate, traslado de ayuda humanitaria y atención de emergencias. Hasta el momento, este comando ha atendido 70 eventos y distribuido ayuda humanitaria por un valor de 3 millones de bolivianos.
Una de las regiones más golpeadas recientemente es la amazónica Beni, donde las inundaciones han anegado extensas áreas de pastoreo, obligando a los ganaderos a trasladar su ganado en barcazas hacia terrenos más elevados. Ante la dificultad de acceder a las comunidades indígenas de Beni por tierra o aire, el gobierno boliviano anunció que la Armada está adaptando un barco hospital para transportar hasta 40 toneladas de ayuda humanitaria a través de los ríos.