
El Parlamento húngaro aprobó una enmienda constitucional que permite al gobierno prohibir actos públicos de las comunidades LGBTQ+, lo que ha sido calificado por críticos como un paso más hacia el autoritarismo.
La enmienda, propuesta por la coalición gobernante Fidesz-KDNP liderada por el primer ministro Viktor Orban, establece que los derechos de los niños prevalecen sobre otros derechos, incluyendo el de reunión pacífica. Esta medida codifica una ley previa que prohíbe la "representación o promoción" de la homosexualidad a menores y permite el uso de reconocimiento facial para identificar asistentes a eventos prohibidos.
Antes de la votación, políticos de la oposición intentaron bloquear la entrada al parlamento, siendo retirados por la policía. Dávid Bed?, legislador opositor, criticó a Orbán y su partido por desmantelar la democracia y el estado de derecho, especialmente ante las próximas elecciones de 2026.
La votación, interrumpida brevemente por legisladores de la oposición, fue finalmente aprobada, generando preocupación por las crecientes restricciones a los derechos de la comunidad LGBTQ+ en Hungría.