"Continúo un legado familiar, tanto en la producción teatral como en la gestión de salas"
Hijo de uno de los productores más reconocidos del ambiente y de una actriz de una extensa trayectoria, se crió en los teatros. Así forjó una vocación que lo apasiona. Una charla sin tiempo sobre los vínculos familiares y secretos del trabajo.
Tomás es el hijo de dos figuras muy conocidas en el mundo del espectáculo: Carlos Rottemberg, su padre, es uno de los productores teatrales de mayor prestigio en el mundo del espectáculo y su madre, la actriz Linda Péretz, además de ser la presidenta de la Casa del Teatro, ha demostrado ser una luchadora incansable.
Tiene 37 años, es administrador de empresas, y se capacitó para llevar adelante diferentes producciones teatrales con el riesgo que corre cualquier empresario, más allá de la intuición. La realidad es que, en la medida de lo posible, “tienen que cerrar los números”.
Apenas escucha el mensaje de Alejandra Canosa, responde con la mejor onda y anticipa que en los próximos días estará de viaje, así que la nota se cerró para esa misma tarde y el lugar elegido fue el Multiteatro Comafi de la Avenida Corrientes: fila cinco, al medio, un espacio donde se respira el aura de los artistas que suben cada noche al escenario para hacer la función.
Basta con mirarlo a los ojos para darse cuenta que es un tipo confiable, de palabra y entusiasta. “Donde no hay buena energía, no se demora… por ahí no es”, define.
-¿Qué significa el teatro para vos? Hablemos de tu infancia. ¿Qué recuerdos tenés de tus andanzas por las salas teatrales de Buenos Aires y Mar del Plata?
-Mi infancia fue exactamente como lo decís, entre Buenos Aires y Mar del Plata. Recuerdo que todo empezó siendo un juego entre bambalinas, en camarines, pasillos, en los halls de los teatros, en las oficinas… Toda mi vida está ahí. Fue en el ámbito del teatro, obviamente por el trabajo de mis padres, mi mamá arriba del escenario y mi viejo, como empresario. Pero a esa edad no tenía idea lo que iba a decidir de grande. Finalmente terminé decidiéndome por estar debajo y no arriba del escenario. Tuve la suerte de que mis viejos me dejaran elegir qué quería hacer y la libertad para decidirlo. Les agradezco profundamente a mis viejos porque fue buenísimo. Cuando uno es chico, los veranos los pasa con los padres, entonces mis veranos eran de diciembre a marzo de un lado al otro, entre el mar y el asfalto.
-Carlos, tu papá, siempre cuenta que, siendo muy chico, fue al cine a ver Dumbo y ya por entonces tenía curiosidad por saber cuántos espectadores veían a Dumbo volar.
-A mí no me pasó lo de la anécdota de “Dumbo”, pero digamos que siempre me interesó la actividad teatral, la parte artística y la administrativa. Digamos que soy un poquito menos patológico que mi viejo (risas), para decirlo de manera más divertida y con onda. Yo me ocupo y disfruto lo que hago y a su vez entiendo que, sin dudas, tengo una vocación y los dos compartimos esa pasión. Debo confesarte que también disfruté la peli “Dumbo” cuando la ví, pero no pensando en la recaudación.
-¿Cómo se inició la sociedad empresarial con Carlos? ¿Quién persuadió a quién?
-Con respecto a la sociedad con mi padre, ya son muchos años. Yo empecé apenas terminé la secundaria y decidí que iba a dedicarme al teatro, al mismo tiempo que empecé a estudiar la carrera de Administración de Empresas. Trabajaba en el teatro y junto con mi viejo, decidimos hacer una sociedad, con la cual los dos íbamos a trabajar para la empresa. De alguna manera, yo continúo un legado familiar, tanto en la producción teatral como en la gestión de salas. Es una sociedad que se ha dado naturalmente sobre todo por tener valores y un objetivo en común, en cuanto al profesionalismo, la fuerza de laburo y a pensar juntos hacia dónde vamos como empresa.
-¿Cuál fue el balance de 2023 en materia de recaudación de las salas teatrales que administran?
-Fue un gran año para el teatro a nivel país, te diría. Teatro y música con cifras de AADET (Asociación Argentina de Empresarios Teatrales), que se pueden chequear porque son públicas y las han posteado en redes sociales de Sebastián Bultrach, su presidente. Por ejemplo, en Mar del Plata en la Semana Santa pasada fue récord histórico. También se puede dar, como me parece que se dio durante 2023, que la programación y la oferta teatral que hubo, sobre todo en ciudad de Buenos Aires ha sido espectacular. Se acercaron muchas figuras y la oferta de espectáculos fue muy buen. Hubo un gran suceso teatral que fue Casados con Hijos en el Gran Rex, “Matilda, el musical” fue un éxito total de público, es decir, eventos teatrales que marcan un hito en la historia del teatro y me parece que eso también marca el por qué la afluencia del público en 2023 creció tanto.
-¿Cuántas salas teatrales administran los Rottemberg entre Buenos Aires y Mar del Plata?
-Administramos 16 salas en total. El Teatro Metropolitan de calle Corrientes si bien pertenece a la empresa, lo gestiona el Grupo Plaza. El Multiteatro Comafi cuenta con cuatro salas en el mismo complejo, Multitabarís Comafi con tres salas y el Liceo, que es el Teatro privado más antiguo de América Latina. En Mardel, tenemos el Complejo Neptuno, Bristol y Lido. Capítulo aparte para el Teatro Mar del Plata (Av. Luro y Corrientes), una sala construida en lo que en su momento fue un estacionamiento, algo bastante inusual en nuestro país. Por último, el Complejo Atlas/América. Para administrar las salas, por suerte contamos con un equipo grande de colaboradores, y entre todos las gestionamos. Digamos que hay una cúpula central y un tridente que es, junto con Carlos y José Luis Ciarma, gerente, quien hace muchos años empezó a trabajar con mi papá y después entré yo.
-¿Quedan claros los roles en el trabajo con tu papá?
-Si bien hay un eje central con respecto a la programación, que habla de un núcleo del trabajo, del negocio y la actividad teatral en cuanto a la programación. José Luis, el gerente, está un poco más en la parte operativa, recursos humanos, la logística con las diferentes compañías que van entrando. Carlos, en todo caso, se podría decir que es más una pata institucional, no sólo de la empresa, te imaginás que también es del teatro.
-¿Por qué las salas teatrales están exentas de pagar impuestos?
-Es una ley para fomentar las artes escénicas que existe desde los años 50. No hay mucha más explicación que esa.
-¿Cómo son los contratos por sponsoreo según la política de cada empresa?
-Con respecto a los contratos por sponsoreo, obviamente va a depender de cada marca y de las políticas que tenga cada empresa con respecto a sus auspiciantes. Por lo general, se hacen contratos que pueden variar según el cliente. Puede ser desde el naming de una sala, puede ser una marca que sólo quiera auspiciar un solo espectáculo y no le interese la sala. Así que esos son acuerdos con cada empresa. Cada uno lo maneja como puede o como quiere y hay infinitas formas de hacerlo. Pero por lo general es un contrato a cambio de contrasprestaciones, puede ser por temas de branding, porque hay marcas a las que les interesa que su nombre figure en calle Corrientes. Otras empresas prefieren entradas para beneficios de sus clientes e incluso descuentos.
-La movida cultural que ofrece Buenos Aires es extraordinaria y la cartelera teatral se renueva permanentemente. Los turistas extranjeros están fascinados con Buenos Aires.
-Absolutamente, en Buenos Aires y en el país es increíble lo que está pasando en ese aspecto. El teatro es parte de nuestra identidad como argentinos, de nuestra cultura e idiosincrasia. El teatro forma parte de todo eso y me parece que nos acompaña, sea cual sea la coyuntura. Obviamente, cuando hay temas macroeconómicos, de recesión, o como sucedió en la pandemia, donde la salud estaba en riesgo, obviamente el teatro se adaptó a esas realidades. Pero después, más allá de ese sube y baja al cual los argentinos estamos acostumbrados, la movida cultural sigue girando. A pesar de todo, el público siempre acompañó. El desafío que tenemos los teatristas para 2024 también es poder mantener el caudal de público que se vino sosteniendo durante el año pasado.
-Hablemos de School of Rock la gran apuesta musical que se viene con todo. ¿El estreno será en vacaciones de invierno?
-Con respecto a School of Rock, es el próximo gran evento que vamos a hacer en el Grand Rex en vacaciones de invierno este año. Estamos muy entusiasmados y expectantes, ojalá la coyuntura y el contexto país nos permitan llevarlo a cabo con éxito. Pensá que es una producción muy grande, con tremendo despliegue y eso nos pone muy contentos. A mí, en lo personal, poder formar parte de ese proyecto me llena de orgullo y alegría.
-¿Cómo es el vínculo con tus hermanitos Nicolás y Matilda del segundo matrimonio de tu papá con Karina?
-El vínculo con ellos es hermoso, soy como un tío. No sé cómo decirlo. Pensá que a Nico le llevo 30 años, es genial y muy hermoso.
-¿Y qué significó el éxito de la obra Matilda para vos?
-Obviamente el cuento familiar lo sabés, pero Matilda no solamente por el despliegue de producción, por haber sido invitados, por lo que significa el espectáculo, de lo que cuenta la historia. Estoy agradecido por lo que generó Matilda en todo sentido. Fue un suceso y un éxito espectacular y no quiero decir que no lo esperábamos, pero superó las expectativas y se despide en febrero. En síntesis, todo comenzó con una historia familiar, fue un éxito del que participó mucha gente y los resultados están a la vista. El público, grandes y chicos, la prensa, todos se fueron felices a sus casas.
-¿Cómo es la relación con tu mamá?
-Por suerte, también tengo buen vínculo con ella, de alguna manera también es parte de lo que hoy estoy disfrutando porque junto con mi viejo, fueron los que me inculcaron el amor por el teatro en mi vida. Así que totalmente agradecido en ese sentido. Y ella sigue en la Casa del Teatro con un trabajo incansable que viene haciendo ya hace muchos años. Me sacó el sombrero porque maneja un nivel de profesionalismo, empuje y garra que pocas veces se ha visto.
Le brillan los ojos a Tomás cuando nombra a la queridísima y adorable Linda Péretz, quien no para de cranear ideas para que los artistas que se hospedan en la Casa del Teatro vivan lo mejor posible y no les falte nada.
-¿Con quién o quiénes te sentarías a conversar entre butacas si pudieras llevar el tiempo atrás por un instante?
-Mirá, nunca hubiera imaginado hablar de teatro así, como lo planteas, pero pensándolo bien, hay personas que hoy lamentablemente ya no están, que han sido parte de mi vida. Me vienen a la mente Guillermo Bredeston y Emilio Disi, que son personalidades legendarias del teatro y que me han acompañado en mi infancia, en todo lo que fue, sobre todo, mi estadía en Mar del Plata. Recuerdo mucho Mar del Plata porque estoy viajando para allá en un par de horas. Una charla con Bredeston sería genial, que me contara del teatro de la época y sobre todo, que me contara anécdotas con mi viejo, de quien sé que ha aprendido mucho también.