Cae la tarde en Buenos Aires. Desde la vereda de enfrente se percibe la curiosidad de quienes pasan por la puerta del Teatro Regio, sobre la avenida Córdoba, y se detienen a observar cada una de las fotos de la marquesina de la obra “Carnicera”.  Ahí se la puede ver a ella, con actitud avasallante, pantalón y campera negra, pelo recogido y las manos cruzadas con guantes de látex manchados de sangre. Debajo de la foto se lee su nombre: Florencia Raggi.