Hace algunos meses contó, a través de las redes sociales, que estaba feliz y quería compartir la buena noticia con sus seguidores. Jamás te niega una nota, no esquiva ningún tema y siempre está predispuesto a conversar en un bar, en el teatro, en un set de tv, en camarines o por zoom. Es su mejor jefe de prensa y no deja nada librado al azar pero hoy por hoy, ningún proyecto encabeza su lista de prioridades más allá de que ama lo que hace. Llega puntual al encuentro con Alejandra Canosa para hablar justamente de Lucio, su hijo adoptivo, del que bien vale la pena recordar la historia porque fue un deseo, algo que siempre soñó y pudo concretar a los 46 años de edad.