"Hay una necesidad de correrse de lo que sucede en el país"
La actriz, directora y profesora de yoga disfruta de las dos obras que protagoniza y del buen momento del teatro en general, tanto en el circuito comercial como en el off. "La gente invierte en experiencias y entretenimiento", define.
Tiene 365 mil seguidores en su cuenta de Instagram, desde la que se presenta como “mujer, madre, actriz, autora, directora, psicóloga social, profesora de yoga… aún estoy en salita verde”. Comparte gran parte de sus actividades, y sus posteos -más allá de las publicaciones laborales-, son pura inspiración para motivar a que otros incorporen hábitos saludables que ella misma practica. A mediados de la década del 90 se convirtió en estrella de telenovelas y fue “Dulce Ana”, el personaje central de la novela que protagonizó en Canal 9 y que le dio la popularidad que marcó una bisagra importante en su carrera.
Y si bien siguieron los éxitos en la pantalla chica, Patricia Palmer es una apasionada por el teatro y, con el tiempo, además de actuar, se perfiló como dramaturga, directora y docente y lo disfruta minuto a minuto.
Perseverante, inquieta, curiosa, creativa y con una agenda cargada de actividades, la actriz disfruta de un presente inmejorable. Luego de una clase de natación, se dispone a conversar con Alejandra Canosa, empezando por el reestreno de “Radojka”, una comedia desopilante que lleva cuatro años en cartel y en esta versión protagonizando con otra excelente actriz: Viviana Saccone, quien está muy entusiasmada con este nuevo desafío de una obra que se podrá ver todos los miércoles a las 22 en el Teatro Metropolitan de Calle Corrientes.
Se trata de una comedia muy bien escrita por los uruguayos Fernando Schmidt y Christian Ibarzábal, y dirigida por Diego Rinaldi. Una anciana serbia, y dos mujeres que se unen en un inesperado suceso que desencadena la trama y las lleva a tomar una decisión radical para poder subsistir y conservar el trabajo. A partir de ahí, Gloria, interpretada por Patricia Palmer, y Lucía (el personaje de Saccone) entran en un juego de humor disparatado que el público agradece y disfruta y la pregunta que se dispara es: ¿Qué estarías dispuesto a hacer para no perder tu trabajo?
“El objetivo de Radojka es hacer reír al público y mi personaje es producto de una sociedad alienante donde a una persona de cincuenta y pico se la descarta del sistema”, empieza a contar Patricia, quien está feliz con esta pieza teatral y sostiene: “siempre funciona y sigue dando buenos resultados porque es una obra maravillosa y tiene una estructura genial. Sé que viste las dos versiones anteriores así que te espero en esta”.
-La obra tiene unos diálogos súper ingeniosos y generan cierta complicidad con el público. ¿Qué significa esta obra para vos considerando que arrancó en 2020 en un contexto complicado como la pandemia?
-Absolutamente, fue muy importante justamente porque empezamos a ensayar al mismo tiempo que terminaba la pandemia y yo, ya una mujer grande, de 68 años, pensaba que me iba a despedir de la profesión. Por eso fue una emoción muy grande volver al escenario. Fundamentalmente lo hice por mi salud mental, pero al mismo tiempo creía que no iba a ir nadie al teatro, dado el contexto tan complejo. Todo el mundo con barbijo, las distancias… así que volqué toda esa carga afectiva que para mí es muy importante. Transformarme en Gloria en cada función después de ese horror que vivimos creyendo por entonces que el teatro estaba sepultado, fue increíble sumado al éxito en que se convirtió después. Estoy muy feliz.
-Los actores tienen el privilegio de ponerse en la piel de otros y justamente el personaje de Gloria no tiene nada que ver con vos en la vida real.
-Es verdad, es una composición maravillosa de una especie de muñequito que fui construyendo con el tiempo. Un personaje que me lleva a mí; es tan diferente a lo que soy que definitivamente siento que se apodera de mí durante la función.
-También estás haciendo “Volvió una Noche”, de Eduardo Rovner, en el Teatro Picadilly.
Sí, comparto escenario con Dan Breitman y ocho actores más, pero aún no puedo desprenderme de Radojka, hasta que la obra decida soltarme… De lo contrario, seguiré porque nos va muy bien. Lo mismo me pasa con Fanny, mi personaje en “Volvió una Noche”, porque también es muy distinta a mí, físicamente y en su modo de hablar. Ese es el maravilloso juego al que se somete un actor, esa posibilidad de ser otro, de vivir otra vida bien lejana a la tuya.
En “Volvió una Noche”, Palmer además de actuar, comparte la dirección con Dora Milea. La obra se presenta todos los sábados a las 19 y los domingos a las 18. “Arrancamos en marzo y seguimos sumando espectadores. Y, por demanda de público, agregamos una función más el viernes 31 de mayo, porque el boca a boca está dando sus frutos”, cuenta orgullosa.
-Podríamos decir que el teatro es como tu segunda casa ¿no?
-Yo hago teatro porque me gusta mucho la vida y en este momento estoy viviendo tres vidas paralelas: las de dos personajes completamente diferentes y la mía.
-La cartelera porteña sigue sumando títulos de obras muy variadas y se ve mucha gente en los teatros de obras comerciales y también en el circuito off.
-Vos sabés que hoy, justamente, hablando con mi hijo le decía eso mismo, que me sorprendía ver tanta gente yendo al teatro en el contexto que estamos atravesando. Pasa lo mismo con los recitales que agotan localidades y no paran de anunciar nuevos shows. Hay una necesidad de correrse de lo que sucede en el país y la gente disfruta esos pequeños grandes momentos para distraerse de la locura y poder conectar con otra cosa que no sea el día a día. Es muy conmovedor, porque el arte es eso: lo que irrumpe para modificarte. La gente invierte en experiencias y entretenimiento.
-¿Cómo te impactó el debate que se generó respecto de la cultura por el desguace del INCAA, medios públicos, Festival Internacional de Cine de Mar del Plata?
-Creo que cuesta mucho conquistar espacios como el INCAA, el Instituto Nacional de Teatro, el INADI, en fín, ha costado mucho conseguir todas esas conquistas y no tenemos que permitir que se pierdan. Quizás puedan estar mal administradas o pueda haber alguna irregularidad pero, en ese caso habría que revisar y poner las cosas en orden, pero que desaparezcan me parece tremendo. El pueblo argentino no puede ni debe permitirlo porque la cultura es todo y debemos resistir a esas barbaridades.
-¿Sos de las actrices que va a ver a sus colegas al teatro?
-Sí, siempre que puedo, voy a verlos. Veo teatro comercial, teatro independiente, el otro día fui a ver “Suavecita”, una obra altamente recomendable con una actriz que se llama Camila Peralta, en el Caras y Caretas. Fui a ver “Exit”, con Nancy Duplaá, Fer Metilli y Juan Pablo Geretto: “Esperando la Carroza”, con Campi y un elencazo. Creo que se están haciendo unas obras maravillosas y todo lo que veo lo posteo en mis redes para ayudar a los compañeros.
-Practicás varias disciplinas y compartís hábitos saludables y nutrientes esenciales como la cáscara de banana para varios usos o las hojas de aloe vera.
-Es algo que practico habitualmente, hago yoga, voy a natación, danza clásica para la postura, al igual que mis clases de ball room y todo lo que me facilite bienestar.
Una sonrisa pícara acompaña el final de la última frase que pronuncia: “Me estoy preparando para no llegar chota a la vejez”, dice sin rodeos, mientras explica algunos de los ejercicios que hace como parte de su rutina diaria. Mi refugio es mi vida interior, todo lo que yo he creado en mi entorno.
En uno de los videos posteados en sus redes sociales demostró su técnica abriendo una cáscara de banana y aplicándola sobre su rostro. “La medicina se nutre del bosque. Las propiedades de la cáscara de banana son iluminadoras, hidratantes y antiarrugas, pueden mejorar la piel del rostro y reducir la hinchazón de los ojos”, explica. Además, la cáscara puede ser utilizada para dar brillo a diferentes objetos, como lo demostró lustrando un par de botas de cuero de su botinero.
Esos videos suelen tener muchas reproducciones y cientos de comentarios favorables y se potencian con datos que aportan sus seguidores. ¡La Palmer es genial!
El yoga es otra de las disciplinas que practica: respira profundo, inhala, exhala y se estira sin prisa tomándose su tiempo. Tiene muy claro lo que significa ocuparse de la mente y el cuerpo y no lo descuida porque sabe que el tiempo perdido no se recupera jamás.
Ejerce la docencia desde hace más de 40 años y su recorrido en la tele también ha dejado huella con actuaciones extraordinarias en épocas de gloria de la televisión. Talentosa, apasionada, inteligente… conversar con la Palmer es un planazo porque tiene buenos modos, es agradable y se percibe fácilmente como una mujer confiable y amiguera, que sabe mirar a los ojos y no descuida nada de lo que sucede a su alrededor.
-¿Con quiénes harías una pausa para conversar sin tiempo?
-Haría una pausa para conversar sin tiempo con mis padres que ya no están y en el plano ideal que uno pudiera concretarlo. Son seres a los que recuerdo con mucha sabiduría. Dentro del plano terrenal amo al ser humano. Me fascina. También me gustaría hablar con personas de otra cultura, de otros países tan lejanos como África o la India. Me gusta conversar con la gente y lo hago habitualmente. Como psicóloga social que soy me encanta hablar con gente que tiene buena escucha. Lo hago con mis colegas, amigos, gente que quiero… Somos seres sociales, todos necesitamos vincularnos con otros para poder sobrevivir. Otras especies pueden ser solitarias, nosotros no.