"La maternidad despertó en mí una mujer desconocida y diferente con cada uno de los tres partos"
La actriz protagoniza junto a su marido, Pedro Alfonso, "Misterio en la Cabaña", en el Teatro del Lago, en Villa Carlos Paz.
Protagoniza una de las obras que ya se perfila como uno de los éxitos de la temporada en Villa Carlos Paz, al mismo tiempo que disfruta de las vacaciones en familia con Pedro Alfonso, su marido, y sus tres hijos: Olivia de 10 años, Baltazar, de 7, y Filipa, de 3.
La entrevistada en “La Pausa”, este domingo, es Paula Chaves, una mujer bella por dentro y por fuera, empática, simpática, amorosa y con vocación de servicio para ayudar cuando alguien lo necesita y está a su alcance.
Apenas escuchó el primer audio de whatsapp de Canosa respondió con la mejor onda: “¡Sí, dale, la hacemos cuando quieras!”. Y esa misma tarde se ubicó en un lugar al aire libre, mientras se escuchaban unas cuantas cotorras de fondo sobrevolando la casa donde están instalados para pasar el verano. Paula y Pedro acaban de estrenar “Misterio en la cabaña”, en el Teatro del Lago.
“Es una comedia familiar -cuenta entusiasmada la actriz y conductora-. Lo que más nos reconforta el alma es escuchar a los niños reírse mucho. Si bien hay humor para los más grandes, en ningún momento los chicos se sienten incómodos porque la comedia está perfectamente diseñada para que se entiendan todos los chistes y se disfrute en familia. Hay muchos gags en los que, a partir de la idea del misterio que propone el título hecho comedia, todos lo pasan genial”.
El elenco se completa con Pedro Alfonso, guionista, actor y director de la obra, Pachu Peña, Sabrina Rojas, Rodrigo Noya y Michelle Masson, con producción de Ezequiel Corbo y Federico Hoppe y coproducción de La Flia.
-¿Qué propone la comedia? ¿Qué locuras suceden en la cabaña?
-Dentro de la cabaña está el maestro Tony (Pachu Peña) que suele hacer algunos encuentros y los personajes van llegando por motivos diferentes para sanar algo. Mi personaje es una periodista que pone en juego su profesión y se la tiene que jugar haciéndole una nota al maestro para averiguar qué es lo que hace exactamente con sus fieles seguidores. A partir de ahí empieza una secuencia de situaciones donde Pedro cae por error y tiene que ayudarme a cumplir mi objetivo. En síntesis, es una comedia de enredos, muy dinámica y divertida.
-¿Cuántas temporadas hicieron en Villa Carlos Paz?
-Llevamos doce temporadas en la Villa, sin contar la pandemia. Arrancamos a fines del 2011, con la comedia “Despedida de soltero”; después hicimos “Viaje de locura” y el 28 de diciembre de ese año, el día después de estrenar, me enteré que estaba embarazada de Olivia, así que decidí bajarme de la obra. Retomé con “Locos por Luisa”, ya que Baltazar había cumplido dos años y sentí que podía tomar esa responsabilidad. Al poco tiempo iba a hacer “Atrapados en el Museo” y un día antes de hacer las fotos para la marquesina me enteré que estaba embarazada de Filipa. ¡Cartón lleno!
-Pedro es al autor, actor y director de la obra ¿Cómo fue el proceso creativo en la convivencia?
-Ufff, es mucha responsabilidad así que imagínate que no fue fácil porque él vive una realidad paralela conviviendo todos bajo el mismo techo y su proceso creativo se desarrolla en casa porque no le gusta escribir en otro espacio. Así que imaginate todo eso, más criar los tres chicos, las actividades de cada uno, la dinámica de la diaria que se va modificando según los días y hay que organizarse. Pedro pega papelitos en la pared para asociar y unir personajes y Oli -la mayor- muchas veces le pregunta cosas y le va tirando ideas. Pedro es muy exigente con lo que quiere contar y si bien le lleva tiempo termina dando sus resultados porque todos los actores se lucen arriba del escenario. A la hora de dirigir se corre de su rol de actor para sacar lo mejor de cada uno de nosotros, elige la música y tiene muy claro lo que el público necesita. Lo admiro profundamente y lo disfruto mucho sobre el escenario.
-¿Hay posibilidades de que la obra se estrene en Buenos Aires una vez finalizada la temporada?
-Siempre existe esa posibilidad. El año pasado tuvimos una sorpresa con lo que sucedió en el Teatro Broadway después del cierre de temporada y en vacaciones de invierno. Tuvimos que habilitar el pullman del Broadway y estuvo dos meses en cartel. En principio, arrancaríamos la gira en Uruguay, regresaríamos a Carlos Paz en Semana Santa y haríamos gira por algunas provincias del país. La frutilla de la torta sería cerrar en el Teatro Broadway.
-Pensar que la historia de amor entre Pedro y vos comenzó en un programa de televisión siendo él productor de Marcelo Tinelli y nadie apostaba por esa relación…
-Me parece una locura recordar todo y muchas veces les queremos contar a los chicos cómo nació nuestra historia de amor y les da vergüenza. Me parece mentira que hayamos llegado formar una familia hermosa. Soy muy nostálgica y a veces veo los videos del comienzo de nuestra relación, con Oli gateando en el piso de Showmatch, con Marcelo (Tinelli), en vivo. Cada tanto, sin querer, me llegan videos que se disparan en las redes y es genial, sobre todo porque el público descreía, aunque a nosotros no nos importaba. Estábamos reenganchados viviendo nuestra historia de amor como cualquier pareja, pero en un programa de la tele y en vivo. Jamás nos importaron los comentarios negativos y disfrutamos a pleno cada minuto. Creo que somos la única pareja que tiene el registro absoluto de lo que fue la conquista previa al noviazgo.
-Imagino que propuestas no te faltaban: viajes por el mundo, carteras, zapatos y perfumes caros para conquistarte. Sin embargo, Pedro sólo podía ofrecerte amor y humor.
-Nunca me importó viajar por el mundo y como trabajo desde muy chica me daba placer pagarme mis cosas, mis viajes, poder ayudar a mi familia. Siempre fui muy independiente, a los 26 años me compré mi primer departamento al mismo tiempo que mi familia lo pasaba muy mal económicamente y por supuesto los ayudaba. Ser independiente siempre me dio mucha libertad.
-¿Qué te sedujo de Pedro, quien por entonces era productor de Marcelo Tinelli?
-Si bien lo miré mucho, lo observé, lo que más me sedujo de él fue su humor, cómo nos divertíamos y al día de hoy me hace llorar de risa. Obviamente que tenemos peleas y crisis como todas las parejas. Vivimos y trabajamos juntos, mapaternamos a la par, pero lo pasamos genial y vale la p/ena. El humor, y admirarnos mutuamente, es la base de todo. En casa, todo es compartido.
Paula y Pedro se conocieron en el 2010 y “un año después formalizamos el noviazgo y nos casamos, cerrando el 2013. El tiempo pasa tan rápido que a veces me parece mentira todo lo que nos pasó y me emociono, me agarra la nostalgia. Él me enseña a disfrutar del presente y me dice que hay que disfruta el hoy, y recordar los buenos momentos compartidos. La vida es ahora”, define.
-Sé que sos una madraza. ¿Qué significa la maternidad para vos?
-Hago lo que puedo, con mis errores y mis aciertos. La maternidad despertó en mí una mujer desconocida y diferente con cada uno de los tres partos. Fui tres versiones distintas con cada uno, pero siempre tuve claro que mis hijos son mi prioridad y si bien me encanta mi trabajo, dedicarme a la crianza de ellos iba a ser la base. Cada uno tiene una personalidad y una magia diferente. Los padres no somos cien por ciento responsables de lo que resultan ser los hijos en la vida. Muchas veces ellos nos enseñan a nosotros. Obviamente, la más chiquita es la más independiente, aunque fue la más pegada a mí porque durmió más tiempo en mi cama. Fue la que más años de lactancia tuvo, tratamos de estar muy presentes sin descuidar el trabajo. La idea es que siempre alguno de los dos quede al cuidado de ellos. Quería experimentar el proceso de crecimiento y agradezco no habérmelo perdido sin haber descuidado mi trabajo.
Ahora que son más grandes me animo a viajar sola por trabajo o por placer, aprendí a dejar la culpa de lado y lo hablo con ellos, trato de corregir las cosas que no me gustan, poniendo límites y manejando los bordes. Soy exigente en cuanto a la alimentación y el deporte, en casa todos comemos sano. Me siento más relajada con el tema del colegio, aunque a veces es una pata que me cuesta porque siento que el sistema de educación quedó obsoleto y quizás está diseñado así para que los padres podamos ir a trabajar, pero los niños no aprenden de la mejor manera y pasan ocho horas adentro del colegio. Con respecto a la tecnología no me gusta que tengan tablets; yo me crié jugando debajo de los árboles y si bien alguna vez utilizan algún dispositivo tratamos de que si se aburren sean creativos y jueguen con otra cosa.
-¿De dónde nace esa necesidad de acompañar a las mujeres que maternan? ¿Por qué elegiste ser doula?
-Surgió a partir de los diecisiete años, cuando iba al colegio Nacional de Lobos, y me gustaba conectar con ellas y saber cómo se sentían. Me hice la carta astral y una vez me abrí los registros acáyicos y la persona que me estaba acompañando en ese proceso me dijo que notaba en mí algo relacionado con el “servicio”, con ayudar a otro. Me pasa exactamente lo mismo cuando rescato perros de la calle. Acompañar a las mujeres en el momento del parto es algo increíble y me pasó que asistí mi primer parto con Edith Diez, la partera que me asistió en el parto de mi hija Filipa y me invitó a colaborar en un parto para acompañar a esa mujer. En ese momento, mientras llegaba ese bebé al mundo, estaba partiendo mi abuelo y ahí entendí que nacemos y morimos y esa es la única certeza que tenemos. Esa anécdota me sirvió para entender que la oxitoxina que es la hormona de la felicidad es tan contagiosa que la partida de mi abuelo fue la calma, un portal que se cierra y otro que se abre al mismo tiempo. Más allá de todo eso debo confesarte que me da pánico la muerte y es algo que trabajo día a día porque al tener hijos es más difícil de procesar.
-¿Es cierto que Pedro y vos tienen un grupo de whatsapp para coordinar y repartirse las tareas domésticas y actividades con los chicos?
-Así es. El grupo se llama “quehaceres” donde nos vamos enviando todos los comprobantes de las cosas que vamos pagando para llevar un control: cuotas del colegio, expensas, actividades extracurriculares.
-¿Qué lugar ocupan las amigas en tu vida?
-Mis amigas son todo, son compañeras de vida y amo pasar tiempo con ellas. A medida que va pasando el tiempo disfruto más el reencuentro y las disfruto mucho.
-¿Cómo es la dinámica familiar en Carlos Paz haciendo temporada?
-Disfrutamos de la casa, salimos a caminar, nos gusta pasear por el río y visitar los Parques Nacionales. Solemos ir a uno en Alta Gracia que se llama La Serranita o a los toboganes de agua y a veces hacemos fiaca. Los días de función salimos para el teatro alrededor de las 19, algunas veces los chicos nos acompañan y otras se quedan en casa muy bien cuidados y como ya arrancamos con las dos funciones diarias nos quedamos más en casa y aprovechamos para dormir un poco más.
-Si pudieras traer al presente a alguien que ya no esté, pero que quizás extrañes mucho, ¿quién o quiénes serían?
-Mis abuelos. La verdad que ahora que no los tengo, me encantaría poder sentarme a conversar con mis abuelos. Recuerdo visitarlos en su departamento de Belgrano y es ahí donde volvería para recordar cosas. También mi otra abuela, que vivía en Lobos, y charlábamos mucho. Me conmueve la gente mayor y también me gusta hablar con ellos porque son más sabios y me nutren mucho sus anécdotas. Tengo cierta debilidad por los abuelos y las abuelas, muchos de ellos van al teatro y suelo bajar del escenario al final de la función para abrazarlos y agradecerles que hayan sacado una entrada para ver la obra. Con todo eso soy más que feliz.