"No me considero un hombre famoso, soy un hombre que ha trabajado por dar lo mejor de sí a la gente"
Es uno de los actores más talentosos y reconocidos de la Argentina. Actualmente brilla en una obra de teatro en Punta del Este, pero su futuro cercano lo llevará otra vez hacia Madrid, para compartir escenario con su mujer, Paula Cancio. Una conversación cálida con un artista enorme.
-¿Te sorprendió la propuesta?
-Me sorprendió mucho. Marcela La Salvia, que es una maravillosa amiga, le habló a Gustavo de mí para protagonizar esa obra y él, rápidamente, compró la idea y me llamó. Fue muy gentil y generoso conmigo por su actitud y me invitó a Punta del Este. Sin dudar un segundo, acepté. Yo estaba en Madrid terminando las funciones de la obra “Doble o Nada” con Paula (su mujer) y a fines de mayo estábamos instalados en Punta del Este ensayando la obra. Siento que, si bien estoy trabajando, disfruto de unas vacaciones espectaculares en un lugar maravilloso como el Enjoy, donde tengo todo a disposición gracias a la logística de Yankelevich.
Miguel Ángel Solá es uno de los actores más prestigiosos de su generación y si bien hace algunos años está viviendo en Madrid, su corazón late por Argentina. Atesora una trayectoria extraordinaria que lo ubica en la mejor cartelera en cualquier parte del mundo y a los 74 años, la vida no deja de sorprenderlo. Acaba de estrenar "Mi Querido Presidente”, con Maxi de la Cruz, comediante y conductor de la televisión uruguaya, con producción del visionario Gustavo Yankelevich, en el Enjoy de Punta del Este. Nunca hubiera imaginado el llamado del productor que lo tomó por sorpresa, pero de lo que sí está seguro es que no hay que dejar pasar las oportunidades.
-¿Cómo fue la dinámica de trabajo a la distancia con Maxi? ¿Se conocían?
-No. Hicimos dos lecturas por Zoom nada más, para conocernos, y desde el primer instante la química y la empatía que se generó naturalmente entre los dos fue buenísima. Después conocí a Max Otranto, el director, que es un tipo maravilloso y es la primera vez que dirige un espectáculo. La verdad que cuando nos encontramos, el trabajo entre los tres fue genial, como si nos conociéramos de toda la vida. La ventaja de trabajar con Maxi de la Cruz es que es un actor que entrega todo, los aciertos y los errores para sacar lo mejor de sí mismo. El director tuvo en sus manos un material muy bonito para trabajar por parte de él y yo lo acompañé lo mejor que pude. Y, sobre el final, empecé a crecer en mi trabajo, a encontrarle un sentido a este psiquiatra medio loco que me toca interpretar. Creo que lo que hemos hecho fue lo ideal, cuando nos encontramos personalmente ya teníamos la letra bastante sabida y sólo hicimos doce ensayos antes del estreno.
-Eso quiere decir que todo fluyó naturalmente y se te nota súper entusiasmado.
-Sí, los dos últimos ensayos los hicimos con el vestuario puesto y trabajamos hasta último momento, yo particularmente sigo entrenando porque ellos viajaron a Buenos Aires y quedé solo como Adán en el día de la madre. Me gusta mucho actuar en la obra, seguir estudiando, lo disfruto muchísimo. Hacía once años que no veía el mar, que no tenía un momento de tranquilidad y esta oportunidad me lo permitió.
Con respecto a la obra, Yankelevich dijo haberla leído hace tres años, le encantó y la guardó. Le pareció que Maxi de la Cruz, a quien conoció a través de su manager Diego Sorondo, era el candidato ideal para interpretar el personaje de un presidente recién electo que tiene que dar un discurso, pero tiene algunas dificultades, razón por la que recurre a un psiquiatra interpretado maravillosamente bien por Miguel Ángel Solá. Es la primera vez que el productor trabaja con esta dupla y la están rompiendo en esta corta temporada de invierno.
-¿Cómo es tu vínculo con Yankelevich? ¿Qué te sedujo de la propuesta?
-Gustavo es un ser que me sorprende día a día, lamento mucho no haberlo conocido antes por su integridad, con un mundo interior impresionante y una calidad de persona digna de destacar. Lo primero que me sedujo fue la forma en que me invitaron a trabajar. Lo segundo fue conocer al director y a mi compañero de trabajo que es una máquina maravillosa, que desde el comienzo mostró sin prejuicios sus aciertos y errores con una calidad y una generosidad increíble. Con el tiempo va a ser un actor enorme, aunque ya es un gran cómico.
-Tenés una trayectoria increíble y has interpretado personajes que han quedado sellados en el público y serán inolvidables por tu compromiso con la profesión ¿Qué te sedujo de esta obra que aborda la comedia, un género que no has transitado demasiado?
-Me cautivó la idea de ser feliz en el escenario porque la obra propone ese juego actoral. Dos actores que se comprometen con ellos mismos a disfrutar de una comedia extraordinaria que es algo muy serio.
-¿Regresarás a Madrid para seguir haciendo "Doble o Nada", con Paula (Cancio), tu mujer?
-La hicimos durante seis años, dos en Argentina y cuatro en Madrid, y honestamente fue una obra que nos dio muchas satisfacciones. Cuatro años en Madrid es un milagro porque las obras duran 45 días y desaparecen de cartel. Durante el tiempo que estuvimos en el teatro vimos subir y bajar el cartel de aproximadamente trescientas obras. “Doble o Nada” cumplió un ciclo, no descartamos volver a hacerla en algún momento porque es formidable y fue elegida por el público y elogiada por la crítica.
-¿Qué dijo tu hija Adriana, la más chiquita, cuando supo que viajabas?
-Regresaré a Madrid porque le prometí a mi hija que volvería a estar pronto en casa y además porque vamos a empezar a trabajar otro texto con Paula. Entonces, tengo que estar ahí porque serán tres meses en los que tendremos que trabajar para vivir.
-Es decir que, por el momento, el resto del año viene aspectado con el teatro. ¿Alguna otra propuesta fuera del escenario?
-No, en principio ese es el plan y no he recibido ninguna otra propuesta ni de Argentina ni de España. Estaré focalizado en el proyecto con Paula, que es el que más me interesa.
-¿Cómo te recibió el público de Punta del Este?
-Fue Increíble lo que pasó. Te voy a mandar los videos para que veas la ovación del público de pie, metimos quinientas personas por función y terminaron al grito de “bravo, bravo”. Disfrutamos y compartimos la alegría del público. Tanto Maxi como yo estamos felices por esto que vivimos casi como un regalo. En la calle, y en los lugares adonde voy, me tratan muy bien, la gente es muy amable y respetuosa. No me considero un hombre famoso, soy un hombre que ha trabajado por dar lo mejor de sí a la gente, un actor que amo lo que hago y me comprometo con mis trabajos. Si eso acarreara fama, sería maravilloso, pero me conformo con lo que he dado y he recibido de la gente a lo largo de los años transitados.
-Tu último protagónico en cine fue con la peli “El Último Traje”, de Diego Solarz, que fue furor en Netflix y recuerdo que la metamorfosis para personificar a Abraham te dejó exhausto por la cantidad de horas que pasabas en maquillaje.
-Sí entregué la vida ahí y fue un trabajo muy reconocido. Es cierto que fue furor en Netflix y durante tres meses fue la más vista y la más buscada, después pasó a estar en el top five y actualmente entre las diez más pedidas. Lo último que hice en cine fue una participación en la película “Cupido Confuso”, una genialidad de Fernando Merinero, un director absolutamente atípico, que va contra la corriente y cuenta unas cosas lindísimas y muy divertidas, un amigo mío, que me pidió que colaborara. ¡Un disparate! Una cosa que va a ser muy graciosa.
-No sé si estás enterado de que “La Enfermedad del Domingo” también tuvo su repercusión en la misma plataforma digital.
-Me das una muy buena noticia, pero la que más impresión causó en Netflix y me hubiera gustado que tuviera la misma repercusión en los cines fue la mencionada “El Último Traje” y ojalá la vida me de la oportunidad de hacer otro protagónico más, ya que aún me siento con capacidad para enfrentar personajes de esa categoría.
-¿A quiénes invitarías a conversar sin tiempo, dónde sería y de qué hablarían?
-Imagino un teatro circular, con las plateas en penumbras, rodeadas de gente que me ha querido bien en la vida y a todos aquellos a los que he amado. Veo el centro del escenario iluminado, una mesa gigante con varias jarras de té, termos de agua para mate, facturas y alfajores de maicena rellenos de dulce de leche. Ah, todos esos manjares hechos por mi hermana y hablaríamos de tema libre. Veo en esa reunión a Eduardo Galeano, Antonio Gala, a Manuel González Gil, a Martín Bianchedi. Perdón si no incluyo mujeres, pero creo que ante tanto seductor sería un drama personal para cada uno (risas). También sumaría a mis muertos y mis vivos, los míos, mis afectos. Ufff, ¡qué lindo sería!
Solá le agradece a Canosa por la entrevista, antes de la despedida. “Siempre estás al pie del cañón cuando estreno una obra o una peli y sabés lo mucho que te quiero”, expresa el actor feliz y emocionado e invita: “Sabés que si andás por Madrid siempre serás bien recibida. Beso y hasta siempre”.