¿Venezuela se aplica una vacuna que es un “producto biológico experimental"?
Pese a las pocas certezas, Venezuela se convirtió esta semana en el segundo país de América en comenzar a utilizar la vacuna cubana Abdala que todavía no ha sido aprobada.
Hace algunos días la Federación Médica Venezolana le aconsejó a la población no recibir la vacuna cubana Abdala, al resaltar que es un "producto biológico experimental", luego que el gobierno informara sobre la llegada de este fármaco.
"La Abdala no es una vacuna. Es un producto biológico experimental que no ha sido autorizado por el Centro de Control de Medicamentos Cubanos ni por la Organización Panamericana de la Salud (OPS)", indicó el presidente de la federación Douglas León Natera, citado en una nota de prensa.
"Los ciudadanos venezolanos no somos conejillos de indias y la Federación Médica alerta a la población a no dejarse inyectar con esa supuesta vacuna, que no es ninguna vacuna", sentenció.
Sin embargo y a pesar de las duras críticas de un sector especializado, el gobierno de Caracas recibió el cargamento desde La Habana y comenzó a administrar en zonas de la capital el primer cargamento de Abdala, un candidato a vacuna desarrollado por la isla que todavía no cuenta con autorización de emergencia por ninguna entidad médica reguladora.
La llegada de los primeros lotes (se ha dicho oficialmente que se recibirán cerca de 12 millones de dosis) tuvo lugar pocos días después que autoridades de la industria farmacéutica cubana presentaran los resultados de la tercera fase de estudio de dos de sus vacunas más avanzadas.
Dando tranquilidad a la población, aseguraron que una de ellas, Soberana 02, tendría una eficacia del 62%, con dos dosis, mientras Abdala -la que llegó a Venezuela-, con tres, sería de más del 92%, lo que la convertiría en una de las más efectivas de las desarrolladas hasta ahora contra el coronavirus.
Dichos resultados de efectividad, sin embargo, no han sido validados por ninguna agencia reguladora, no han sido publicados en revista científica avaladas por pares o recibido el visto bueno de alguna organización internacional o regional de salud. “La eficacia con tres dosis de Abdala será un suceso que multiplicará el orgullo”, tuiteó el presidente Miguel Díaz-Canel la semana pasada, un poco antes de que se diera a conocer el resultado del estudio.
Este dato fue anunciado, sin más detalles, en el programa Mesa Redonda de la televisión estatal. De esta forma, no se especificó cuántos positivos fueron reportados entre los voluntarios que recibieron el placebo y cuántos participantes se infectaron habiendo recibido la fórmula.
En contraste con el entusiasmo del presidente Nicolás Maduro por el anuncio de la adquisición de las vacunas cubanas, varios gremios de la salud e instituciones independientes como la Academia Nacional de Medicina de Venezuela han expresado su “preocupación ante la introducción en la población venezolana de productos de dudosa credibilidad científica”.
“La credibilidad de cualquier vacuna, y su aceptabilidad por la comunidad, se basa en gran parte en la publicación de los resultados en revistas científicas de reconocido prestigio reconocido” o “la autorización por un organismo regulatorio independiente y creíble, tales como la FDA de los Estados Unidos o la Agencia Europea de Medicamentos, aunque suponemos que dichos organismos no serán consultados”, enfatizó la Academia.
“En este sentido creemos que la opinión de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud sería muy importante”, agregó el escrito. Maduro ha dicho que aspira inmunizar al “menos el 70% de la población” antes de octubre.
El país inició el 18 de febrero la primera fase de vacunación focalizada inicialmente en el sector salud, seguridad y educación, y el 29 de mayo sumó al proceso a los mayores de 60 años