Enrique Alfonso Severo, testigo clave que debía declarar en el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra, apareció este jueves por la noche con vida, aunque maniatado y con aparentes signos de haber sido golpeado, luego de desconocerse su paradero durante un día, según informaron fuentes policiales.

Severo se presentó en una remisería situada en la localidad bonaerense de Gerli, a pocas cuadras de su vivienda.

La información fue comunicada a la familia del testigo, en tanto que el fiscal Elvio Laborde, a cargo de la investigación del hecho, se dirigió al lugar junto a policías del partido de Avellaneda.

El hombre, de 54 años, era intensamente buscado por la policía bonaerense, en medio de la gran repercusión que había causado su desaparición.

El testimonio de Severo, quien trabaja en la empresa Ferrobaires, se considera clave para avanzar en la investigación por el crimen de Ferreyra, asesinado hace dos años.

En Antes que Mañana, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, contó que Severo “apareció bien, dijo que estuvo secuestrado y que lo golpearon”.

El jefe comunal reflexionó: “parece mentira que estas cosas no deseadas sucedan igual que en otros tiempos oscuros. Tenemos que defender esta democracia que tanto nos costó” conseguir.

“Lo encontraron en la calle”, dijo Ferraresi.