Causa desasosiego la inminente imposición de una ley que arremete contra la producción de biocombustibles. Aparentemente (la iniciativa aún no ha sido presentada formalmente aunque circula en los despachos), el gobierno pretende tratarla entre gallos y medianoche y hacerla entrar en vigor el próximo 1 de junio. No hay posibilidades reales de construcción de consensos informados en tan poco tiempo.