La Cámara de Diputados avanzó con un dictamen combatir la ludopatía y evitar el crecimiento de las apuestas online. En un plenario multitudinario de legisladores, en donde confluyeron cinco comisiones (Prevención de Adicciones, Salud Pública, Informática, Legislación Penal y Familias y Niñez), 90 de los 148 diputados presentes se plegaron al proyecto mayoritario que cuenta con el impulso central de la Coalición Cívica, Unión por la Patria, Encuentro Federal y Democracia para siempre (de radicales opositores). Existe una propuesta menos coercitiva para la publicidad de apuestas online, que tiene el respaldo del PRO, La Libertad Avanza y la UCR.

Según un estudio de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, al menos 12,5% jóvenes de entre 15 a 25 años apostaron online alguna vez, cifra que asciende al 15,5% entre las personas de 25 y 34 años. El estudio, anclado en el territorio bonaerense, reveló que 10,1% de los apostadores online juega todos los días de la semana, mientras que el 25,7% lo hacen entre dos y seis veces y el 19,2% una vez cada siete días. Las opciones más elegidas para apostar están vinculadas al fútbol (41,2%), al bingo (37%) y al boxeo (16,8%).

La propuesta que obtuvo dictamen de mayoría busca prohibir la publicidad, promoción y sponsoreo de los juegos de azar en línea, de ningún tipo, inclusive las realizadas por influencers, famosos del espectáculo, deportistas, instituciones deportivas y cartelería en estadios.

De convertirse en ley, la publicidad de apuestas y juegos de azar online estará permitida únicamente dentro de casinos, bingos, hipódromos, otras casas de apuestas o agencias de lotería. El impacto alcanzaría distintos sectores privados y de la sociedad civil e incluso al fútbol argentino: tanto la Liga Profesional de fútbol como el 28% de los equipos de la primera división cuentan con publicidad de casinos online.

Otro de los puntos salientes del proyecto es que limita los medios de pago al uso de tarjetas de débito con un tope equivalente al permitido para extracciones en cajeros, mismo tope que se autoriza a las billeteras virtuales. Se prohíbe el otorgamiento de bonos o vales de captación por parte de las casas de apuestas, así como también el uso de sistemas de crédito y tarjetas de prestaciones de ayuda social.

Otra gran problemática que busca frenar el proyecto es el acceso de menores de edad a estas plataformas. De esta manera, se propone la identificación biométrica de los usuarios al inicio de cada sesión y al cabo de un tiempo de jugar, utilizando la base de datos del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) para validar la identidad a distancia, mediante el reconocimiento facial.

A su vez se exige que las plataformas y sistemas de juego en línea cumplan una serie de requisitos de apuestas responsables que permitan a los consumidores acceder a información cierta sobre las práctica en la que participan, su historial de usuario, el tiempo en línea, mecanismos de autoexclusión, posibilidad de establecer límites y alertas de tiempo y dinero y secciones de ayuda y asistencia.

Otro aspecto clave del proyecto es que busca crear un registro nacional de autoexclusión voluntaria. El mismo servirá para que la persona que considera que tiene problemas con el juego pueda autoexcluirse por hasta 24 meses, y los establecimientos y plataformas online deberán hacer cumplir esta prohibición. El proyecto establece sanciones de penas y multas frente a su incumplimiento por parte de los titulares y terceros involucrados de entre 3 a 10 años de prisión.