El Gobierno nacional ha confirmado su decisión de avanzar en la disolución de la compañía Valores Sudamericana, conocida anteriormente como Ciccone, y en la reestructuración de la Casa de la Moneda. Esta información fue confirmada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada.

El portavoz gubernamental describió la Casa de la Moneda como “una imprenta estatal con diversas ineficiencias”, la cual tiene como funciones principales la impresión de billetes, pasaportes, patentes de automóviles y estampillas. Según Adorni, “la mala administración de la gestión anterior se tradujo en un despilfarro de recursos”, con deudas que alcanzan los 371 millones de dólares estadounidenses, un patrimonio negativo de 78 millones de dólares y un resultado bruto negativo de 20.5 millones de dólares.

Adorni también destacó que la decisión del kirchnerismo de no emitir billetes de mayor denominación desde 2020 ha llevado a un gasto de 4.700 millones de dólares en la importación de billetes, que debieron haber sido producidos por la Casa de la Moneda, la entidad responsable de este suministro.

La Casa de la Moneda, actualmente bajo la dirección de Daniel Méndez, es una entidad pública, industrial y comercial que depende del Ministerio de Economía. Su misión abarca la acuñación de monedas, la impresión de billetes, estampillas, pasaportes y formularios oficiales, y cuenta con más de 1.000 empleados. Las autoridades contemplan que, en el futuro, estos requerimientos se atenderán mediante licitaciones, y se prevé que el Banco Central podría optar por importar billetes según lo necesite.

En cuanto a su función, la Casa de la Moneda se encarga de la impresión de billetes y el acuñamiento de monedas de curso legal en Argentina, así como de la emisión de sellos postales, pasaportes y otros documentos públicos. Desde 1875, se presenta como líder en materia gráfica de seguridad, ofreciendo productos que son fundamentales para la actividad económica y la administración del Estado en Argentina.

La Casa de la Moneda se destaca por su alta calidad de impresión y su capacidad de producción acelerada, lo que le ha permitido convertirse en exportador de papeles monetarios, reduciendo así la necesidad de importar este material. La incorporación de una máquina alemana mejoró su productividad al permitir la impresión en doble faz, a diferencia del método anterior de impresión de una cara a la vez.

Además, la Casa de la Moneda ha obtenido diversas certificaciones ISO, convirtiéndose en la única casa de moneda a nivel mundial en contar con las certificaciones ISO 37.001 (Antisoborno) y ISO 37.301 (Compliance), que buscan identificar y reducir riesgos en sus operaciones. La Casa de la Moneda no solo se ocupa de la impresión de billetes, sino que también realiza el diseño de los mismos, pruebas de tintas y gestiona la producción, garantizando estrictos controles de calidad y seguridad en cada etapa. Asimismo, es responsable de fabricar instrumentos de control y documentos de seguridad, y se involucra en el diseño y desarrollo de software y procesos de digitalización. La empresa también se compromete a evaluar continuamente los impactos sociales, económicos y ambientales de sus actividades en un marco de sustentabilidad.