El presidente y su gobierno no lograron movilizar a los partidarios, y se estima que el 68% de los votantes no asistió a los centros de votación, una tasa de abstención sin precedentes.

Si hubo algún consuelo para el partido gobernante fue que las encuestas a boca de urna sugirieron que el Rally Nacional de extrema derecha de Marine Le Pen no había logrado obtener el apoyo esperado.