Según el comunicado de FIFPro, las futbolistas argentinas aportaron "evidencia" para probar que "el entrenador en cuestión utilizó su posición de poder para intimidar y acosar sexualmente a distintas adolescentes, alguna incluso de 14 años".

En lo que debió haber sido un entorno seguro, las chicas fueron víctimas de amenazas y comentarios sexuales de explícita y violenta naturaleza", denunciaron desde FIFPro, que se ocupan de asesorar legalmente a las jugadoras involucradas.