Los detalles de los contratos de la Unión Europea con las distintas farmacéuticas productoras de las vacunas frente al Covid-19 han sido un secreto desde el inicio. La presión por la transparencia hizo que a finales de enero, la Comisión Europea publicara los contratos con las principales proveedoras, pero lo hizo manteniendo los datos trascendentes en secreto mediante tachones en los que se ocultaba el precio por dosis, las fechas de entrega o las obligaciones y responsabilidades legales de las compañías.