El escenario inicial refleja una tendencia negativa en términos de área a implantar para el cultivo de girasol. Esta situación se debe principalmente a una relación insumo-producto desfavorable, ocasionada por la baja de los precios de la oleaginosa. Además, la perspectiva climática de un año con mayores precipitaciones durante primavera-verano llevaría a los productores a optar por otros cultivos de gruesa. Sin embargo, es importante destacar que en el núcleo girasolero del norte existe una preocupación adicional debido a la escasa humedad de los perfiles del suelo, lo cual podría afectar la siembra del girasol en esa región.