Las marcas en la cara de Fernando coincidían con las zapatillas de Máximo Thomsen
"No había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla”, sostuvieron las peritas, que lograron identificar uno de los calzados de entre todos los que fueron secuestrados
La peritos Haydeé Almirón y María Eugenia Cariac participaron de la pericia scopométrica, definido por ellas como un “estudio comparativo” entre las marcas detectadas en la autopsia de Fernando Báez Sosa y cuatro zapatillas secuestradas en el allanamiento. De los cuatro pares analizados, las investigadoras hallaron correspondencia con uno solo: “La zapatilla de marca Cyclone que tenía un diseño ‘zigzag’”. A partir de esto, concluyeron que dichas macas correspondían al calzado de Máximo Thomsen, principal imputado en la muerte de Fernando.
"No había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla”, confirmó Almirón. A su vez, detalló su trabajo ante los jueces: “Fue posible establecer que todos los calzados presentaban características que los individualizaban. Había diferentes modelos y diferentes talles. Tomamos las vistas, las impresiones de la suela de cada uno de ellos y pudimos determinar qué diseño y qué moldura tenía cada uno. Los 14 pares resultaron ser diferentes en marca, suela y diseño. Todos con desgaste en su suela".
De acuerdo con la reconstrucción de la pericia, “se indagaron los rastros que presentaba la víctima en cuello y en el mentón (maxilar inferior izquierdo)”. Sobre esto último, sostuvieron que “era un rastro con identidad suficiente apto para cotejo”, ya que presentaba 12 líneas en zigzag y líneas curvadas debajo.
Y continuaron: “Estas características le daban identidad al calzado. Luego, contrastamos con el resto, buscamos un zigzag y pudimos obtener un único candidato: una zapatilla marca Cyclone, que corresponde al pie derecho. Las marcas estaban en este calzado y no en otro”.
Mientras tanto, entre otras pruebas incriminatorias, el instructor fiscal Javier Pablo Laborde reveló uno de los textos más fuertes que uno de los rugbiers envió luego del homicidio. "Amigo, flasheamos. Creo que matamos a uno, todo Gesell está diciendo eso”, escribió por Whatsapp Blas Cinalli, el único imputado que no había sido mencionado en las seis audiencias previas, a las 5.15 del 18 de enero de 2020.
Otro de los mensajes que incrimina a Cinalli sostenía: “Nos cagamos a piñas en el boliche. Nos sacaron a todos. Esperamos que se vaya la policía y ahí los recagamos a piñas. Dos convulsionaron, uno lo mandamos al hospital sin signos vitales. Ahora estamos yendo a McDonalds a ver qué pasa”.
Minutos antes, a las 5.08, Cinalli también envió un mensaje al grupo denominado “El Club del Azote”, integrado por 13 personas de Zárate. “Ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar”, escribió el joven, y agregó una foto grupal donde Laborde solo hizo referencia a Ciro Pertossi y Máximo Thomsen.
En un momento de las charlas expuestas, Cinalli se jacta: “Había un rubio que estaba agarrado a mi tobillo". Esto lo conecta con el testimonio de Tomás D’Alessandro, uno de los amigos de Fernando, quien intentó detener el ataque y declaró en su testimonio que le agarró los tobillos a uno de los agresores.