Milani: "No puedo creer las cosas que se dicen"
El jefe del Ejército aseguró que jamás vio a Bussi en Tucumán y que tampoco conoció al desaparecido soldado Ledo.
El jefe del Ejército, general César Milani, aseguró que no puede creer "las cosas que se dicen", en referencia a las críticas por su designación, y se considera blanco de "una campaña de los sectores conservadores que siempre vieron a las Fuerzas Armadas como sus aliadas".
"No sé por qué me tengo que estar defendiendo de esto después de 36 años. Estuve en La Rioja varias veces, en forma pública, saliendo en los diarios y nunca se me imputó nada. La madre del soldado Ledo jamás me nombró, pero básicamente porque no tuve ninguna relación con su hijo. Yo era de la Compañía A de Ingenieros y Ledo estaba en la Compañía de Comando y Servicios que era la que se dedicaba a la parte administrativa, a cocinar, a hacer guardias de seguridad", sostuvo en declaraciones al diario Página 12.
Además, Milani detalló: "Cuando se dispone que nos traslademos a Tucumán por un mes, nosotros vamos a Monteros esencialmente con maquinaria para volcar ripio en los caminos para la zafra y luego alisarlo, además de pintar alguna escuela. Pero nunca tuve a Ledo bajo mi mando y menos todavía como mi asistente o auxiliar".
"En el Batallón de Ingenieros de La Rioja nosotros teníamos unas 50 deserciones por año. Cuando un soldado no se presentaba en cinco noches y cinco días, se hacían las actuaciones por deserción. En Tucumán se informó en aquel momento que Ledo había desertado. Es obvio que no era así", agregó sobre lo que pasó en Tucumán.
En cuanto a su actividad en el batallón, detalló: "Le insisto: caminos para zafra, arreglar o pintar escuelas. Nunca participamos de ninguna operación militar. Imagínese que nosotros andábamos con mameluco. El vehículo con el que nos movíamos era una camioneta con caja abierta atrás, para cargar los materiales. Hay quien dice que yo estaba en Inteligencia. No supe qué es la Inteligencia hasta 1983, en democracia. Pero hay que mirar mi trayectoria. Hice el curso de Inteligencia de 1983 a 1987 y no estuve más en Inteligencia hasta 2007. De inmediato volví a Ingenieros: en Neuquén, en Santa Cruz. Volviendo a mis 21 años en La Rioja y Tucumán le reitero que nunca estuve en un centro clandestino, nunca participé de ninguna detención ni traslado".
Además, se refirió a los dichos de Ramón Olivera que sostiene que él detuvo a su padre, lo llevó hasta el juzgado federal y lo presionó para que firmara una declaración de que era del ERP. "¿A usted le parece que eso tiene alguna lógica? Llevan a una persona a un juzgado federal con la idea de presionarlo para que diga que era del ERP, ¿le iban a asignar semejante tarea a un pibe de 21 años como yo, que además no tenía ni idea de todo eso? Además, estuve cotejando las fechas en mi legajo. El padre de Olivera fue detenido un día en que yo estaba sancionado por haberme quedado dormido, recién vuelto de Catamarca. O sea que ese día yo estaba de oficial de servicio, que era como ser el jefe de la guardia. Significa que aquel día yo no puse un pie fuera del Batallón".
"No lo entiendo. Se equivoca. Tal vez porque yo después me quedé cuatro años más en La Rioja y se me conocía, pero no tuve nada, pero nada que ver. No participé ni de esa detención ni del traslado ni de ninguna otra detención o traslado. ¿En 36 años nunca se presentó como querellante para imputarme? Estuve varias veces en La Rioja, incluso hace pocos años. Salía en los diarios mi presencia. Sin embargo, nunca me inició ninguna denuncia o querella", completó sobre la denuncia que data de 1984.