Roberto Sabo fue asesinado por un ex presidiario de 29 años y una niña de 15 años embarazada, mientras atendía su quiosco en Ramos Mejía.

Hoy miles de vecinos marcharon a la comisaría con la consigna de pedir justicia, pero se encontraron con un cordón policial. Después de varias empujones, la policía arrojó gases lacrimógenos contra los vecinos.