Román Di Santo, exjefe de la Policía Federal durante el mandato de Cristina Fernández, ha sido imputado por graves irregularidades en la escena de la muerte del fiscal Alberto Nisman. También fue imputado Luis Alberto Heilder, exjefe de Prefectura.

Estas imputaciones son resultado de la investigación del fiscal Eduardo Taiano, quien el año pasado solicitó estas medidas debido a "la existencia de concretas y graves irregularidades cometidas por los funcionarios públicos en el departamento donde fue hallado sin vida" Nisman.

Di Santo se presentó en el juzgado de Julián Ercolini para entregar un escrito en el que explicó que estuvo en el departamento de Nisman "por orden de (Sergio) Berni". Argumentó que su actuación se limitó a la de un auxiliar de la Justicia junto con otros funcionarios judiciales presentes y destacó que no dio "ninguna orden ilícita ni inmoral".

Las irregularidades incluyen la omisión de revisar una tercera vía de acceso al departamento, la pérdida de evidencias cruciales y la presencia de huellas de agentes en lugar de las de potenciales culpables.

Adicionalmente, aunque Berni declaró que solo habló con la entonces presidenta dos veces esa madrugada de 2015, los registros revelan 31 comunicaciones, cinco de ellas mientras Berni estaba en la escena del crimen. Se asegura, además, que los testigos comieron y bebieron en el lugar.