Ya no importa quien gane en Perú. Cuando termine el recuento no habrá ganado nadie, porque el país será totalmente ingobernable, estará partido en dos facciones diametralmente opuestas y el primer error de quien sea electo, resultará letal.

Lo primero que hay que ver es la lagitimidad real de los candidatos. La elección de primera vuelta fue absolutamente atomizada. El ganador, Pedro Castillo obtuvo un 19% de los votos y su actual rival Keiko Fujimori un 13%. El tercero tenía 11%. Es decir, nadie tiene un porcentaje relevante como sustento.