Tras la polémica, Rocca y la Presidenta intercambiaron cartas
La Presidente difundió ayer la misiva que le envió el titular de Techint, en la que intentó aclarar las críticas que hizo en la semana, y también su respuesta. Ambos coincidieron en tener un diálogo abierto.
Las críticas a la gestión de Cristina Kirchner que hizo Rocca en declaraciones periodísticas esta semana, así como también las réplicas que tuvo de boca de varios funcionarios y de la propia mandataria, cargaron de tensión la relación entre la Casa de Gobierno y el grupo empresario más importante del país.
El directivo de Techint cuestionó el rumbo económico en muchos aspectos y advirtió que, debido a las políticas implementadas, la Argentina estaba perdiendo competitividad en la región.
El ministro de Planificación Julio De Vido, primero, y luego el número dos de la cartera económica, Axel Kicillof, salieron al cruce de las acusaciones y cargaron contra la posición “dominante” de la empresa en el mercado local. El jueves, la mandataria se ocupó ella misma del tema y dedicó varios minutos de su discurso para rebatir los enunciados de Rocca.
La controversia, sin embargo, parece haber bajado de tono. Así se refleja en ambas cartas, en donde el debate pareciera darse por superado, aun cuando se acepta que existen “diferencias de opiniones”.
En la misiva de Rocca, enviada el viernes, el líder empresarial se esfuerza por precisar las palabras que desataron el altercado. Explica que lo que él hizo fue expresar su “preocupación por la falta de coordinación en la gestión entre distintas áreas de gobierno en los últimos meses”. También sostiene haber dicho que la industria nacional necesita “profundizar” su crecimiento.
El titular de Techint sugiere, además, que la interpretación que “un periodista” hizo de sus declaraciones puede haber provocado cierto malentendido. “Podemos tener diferencias de opiniones, pero no hacemos operaciones políticas y creemos en el diálogo abierto y transparente”, indica.
En su respuesta, la mandataria señala que coincide con el espíritu de esa última frase y apunta al obrar periodístico como posible responsable de esa posible tergiversación.