La mala campaña que terminó con Vélez en el puesto 25 de la tabla de la Liga Profesional que terminó el domingo desencadenó una crisis en el club. Hoy, el presidente Sergio Rapisarda está de licencia, varios jugadores anuncian que quieren abandonar la institución, la barra ejerce presión sobre los futbolistas, los socios reclaman y el futuro es incierto. 

Después de la derrota del domingo ante Huracán, en un duelo clave pensando en los descensos, todo se aceleró. El lunes, el juvenil Gianluca Prestianni dio una nota en ESPN en la que reveló lo que sufrieron los jugadores cuando retiraban sus autos de la Villa Olímpica del club: "Salimos por al calle Mansilla, estaba todo oscuro, nos cruzaron los autos los de la barra y nos golpearon. Eran cinco o seis autos. Últimamente se los veía mucho por el predio. No nos gustó nada eso. Yo estaba solo en el auto, era un calle muy oscura. Pensé que estaban robando. Pero las personas tenían puestos los camperones azules del club y me di cuenta que eran los de la barra. Quise hacer marcha atrás, pero tenía miedo de que nos alcanzaran. Cuando bajé la ventanilla nos empezaron a decir cosas y ahí fue cuando me golpearon”.

Al defensor Leonardo Jara lo amenazaron con dispararle en las piernas y otros jugadores más fueron agredidos. El local comercial del presidente Rapisarda también fue atacado por hinchas de Vélez y el lunes por la noche, un grupo de socios ingresó a la sede para reclamar a los gritos que se fueran todos los dirigentes.