Las disidencias dentro del Mercosur, donde Argentina, Brasil y Paraguay representan “la Triple Alianza” para el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reeditando sin rigor histórico la guerra entablada por Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay entre 1864 y 1870, reflejan la debilidad del bloque y de la integración regional. La polarización es un lastre de la controvertida afiliación de Venezuela en 2005, aprobada sin reparos por los presidentes debido a su afinidad con Hugo Chávez. Luego fue objetada y demorada por el Senado de Brasil y el Congreso de Paraguay. Sobre todo, por el retraso de Venezuela en adecuar su legislación a los requerimientos del bloque.