¿Se viene el divorcio cívico?
El último viernes de julio titulé esta columna con otra pregunta: ¿Acuerdo o desacuerdo? Allí recordé las serias diferencias de origen que albergaba el Acuerdo Cívico y Social entre algunos de sus principales dirigentes. Los que se sacaron las chispas mas luminosas fueron Elisa Carrió, Raúl Alfonsín, Margarita Stolbizer y Hermes Binner aunque sin perder su prudencia habitual.
El último viernes de julio titulé esta columna con otra pregunta: ¿Acuerdo o desacuerdo? Allí recordé las serias diferencias de origen que albergaba el Acuerdo Cívico y Social entre algunos de sus principales dirigentes. Los que se sacaron las chispas mas luminosas fueron Elisa Carrió, Raúl Alfonsín, Margarita Stolbizer y Hermes Binner aunque sin perder su prudencia habitual. Se dijeron cosas fuertes a través de los medios de comunicación y las buenas relaciones se convirtieron en un trato frío en algunos casos y en congelamiento del vínculo en otros. Vamos a tratar de contar lo que pasa de la forma mas descarnada posible.
Elisa Carrió hace mucho que dijo que no contaran con ella si Julio Cobos era el candidato del radicalismo. Esta suerte de veto de un hombre de otro partido se convirtió en un primer gran obstáculo. Es como si Cobos dijera que con Carrió no va ni a la esquina. Algunos estarán de acuerdo con el vice y otros con la diputada. Pero todos estaremos de acuerdo que esas no son maneras de llegar a un proyecto político común. Después vino la discusión por la famosa foto de Ricardo Alfonsín con la presidenta Cristina Fernández en Chascomus junto a Florencio Ranzazzo y Julio de Vido. Y las críticas directas entre Carrió y Margarita Stolbizer. O la caracterización que Binner hizo de Carrió como una mujer de personalidad “complicada” y la réplica feroz sobre la actitud ambigua de Binner y sus inauguraciones de obras de empresarios ligados al kirchnerismo. Carrió también habló irónicamente del partido de Margarita como una suerte de ONG provincial y dejó casi afuera del acuerdo que propone al socialismo. Ernesto Sanz, el presidente del radicalismo fue claro. Recordó que la sociedad con el socialismo es estratégica, que viene de lejos en el tiempo y que es exitosa gobernando Santa Fe.
Y al día siguiente se sacó una foto con Margarita como forma de respaldo. Hoy el diputado Horacio Piemonte de la Coalición Cívica de Buenos Aires le reclamó a Elisa Carrió que rompiera el Acuerdo Cívico y Social. Que el partido volviera a caminar solo durante un tiempo para poder fortalecerse y lanzar las candidaturas propias de Juan Carlos Morón a gobernador de Buenos Aires y de Adrian Perez a jefe de gobierno de la ciudad. Dice Piemonte que las aguas del acuerdo están demasiados turbias, que no quiere de ninguna manera repetir el desastre de la Alianza. Más claro, imposible. El partido de Carrió armará rancho aparte, recuperará su individualidad y trabajará desde cero en una nueva coalición electoral que puede incluir o no al radicalismo. Dicen que sueña con acercar al ingeniero Felipe Sola y armar una fórmula en conjunto. Tienen una ayuda familiar.
Hay un Conte Grand de cada lado. Gerardo, el padre está con la diputada y Esteban, el hijo milita con Felipe. En los últimos tiempos, el radicalismo tampoco se sentía cómodo en su relación con Elisa Carrió. Hay incompatibilidad de caracteres y problemas de convivencia de ambos lados. Solo que nadie se atrevía a dar el primer paso para no quedar ante la opinión publica como el responsable del fracaso. Parece que la diputada Carrió ya tomó la determinación. Y que el anuncio del portazo es inminente. El divorcio está en marcha. O la separación por un tiempo. Si se confirma, la oposición tendrá que barajar y dar de nuevo.