Un día como hoy, pero 75 años atrás, una transmisión radial causó pánico en las calles de Estados Unidos.

“La guerra de los mundos”, obra escrita por Herbert George Wells, fue adaptada para una interpretación en la estación de radio de CBS, de Nueva York, por Orson Welles, un joven un actor.

El relato se hizo en el formato de una serie de boletines informativos que deban la noticia de la caída de meteoritos que posteriormente corresponderían a los contenedores de naves marcianas que derrotarían a las fuerzas norteamericanas usando rayos de calor y gases venenosos.

La introducción del programa explicaba que se trataba de una dramatización de la obra de H. G. Wells y antes de finalizar aparece el segundo mensaje aclaratorio. Sin embargo, no fue suficiente. La comisaría de policía y las redacciones de noticias recibían constantes llamados de los oyentes aterrorizados, ante la supuesta invasión de marcianos.

Finalmente, el actor tuvo que pedir disculpas, aunque esta transmisión fue el puntapié para su gran carrera artística.

Recordamos un fragmento de esa emisión radial, donde el cronista Carl Phillips describe a la extraña criatura.

Aquí la traducción:

Cronista Carl Phillips: “¡Un momento! ¡Algo sucede! ¡Señoras y señores, esto es increíble! El extremo superior del cilindro está comenzando como a pelarse ¡La cabecera empieza a dar vueltas como un tornillo! ¡El objeto debe de estar hueco!”

Varias voces: “¡Se está moviendo!”

“¡Miren, la maldita cosa esa se está desenroscando!”

Policía: “¡Échense atrás! ¡Fuera de ahí! ¡Atrás digo!”

Varias voces: “¡Tal vez haya hombres dentro que tratan de salir!”

Policía: “¡Atrás, atrás, allí! ¡Echen atrás a esos idiotas!”

Varias voces: “¡Ha caído! ¡La tapa se ha soltado! ¡Cuidado! ¡Aquí!”

Cronista Carl Phillips: “Señoras y señores, esto es lo más terrible que yo he visto en mi vida. ¡Un momento! Alguien se desliza hacia afuera por el hueco de la cabecera del objeto. Alguien o... algo. Me parece apreciar que una cosa intenta asomarse fuera de ese negro agujero, aparecen, ahora, dos discos luminosos, creo que nos miran... ¿Serán ojos? ¡Pudieran ser de una cara. Pudiera ser de...! ¡Dios santo! Algo se arrastra como serpenteando fuera de la sombra, parece una serpiente grisácea. Ahora otra más, y otra y otra. No, realmente son tentáculos, ahora lo veo mejor. Es una criatura grande, mayor que un oso y su cuerpo es muy brillante. Pero ¡esa cabeza...! Es... es algo indescriptible. Apenas puedo aguantar sin salir corriendo. Los ojos de este extraño ser son negros y brillan como los de una culebra. La boca tiene forma de V por la que cuelga repugnante saliva. Este monstruo tiene dificultad para moverse y parece que su enorme peso lo aplasta... o tal vez sea la fuerza de nuestra gravedad. Atención, ahora el bicho se está levantando... La gente se echa hacia atrás. Ésta es la más increíble experiencia que... apenas puedo encontrar palabras... al mismo tiempo que les hablo, me estoy moviendo, tirando del largo cable de mi micrófono de mano. Disculpen, hay que hacer un alto en la conexión, porque la policía nos está apartando. Voy a una posición más segura. Por favor, mantengan la sintonía”.