Alerta roja
Es muy grave la rebelión de las fuerzas de seguridad y de un grupo de la marina. Es preocupante por donde se la mire. Porque no estamos hablando de una simple protesta de un grupo de trabajadores.
Es muy grave la rebelión de las fuerzas de seguridad y de un grupo de la marina. Es preocupante por donde se la mire. Porque no estamos hablando de una simple protesta de un grupo de trabajadores. No es un reclamo salarial de los cientos que existen. Son funcionarios públicos a los que el estado los provee de armas para que defiendan y cuiden a los ciudadanos, y para que custodien y patrullen las fronteras y las vías navegables.
Tanto los prefectos como los gendarmes eran, hasta ahora, las tropas preferidas de Cristina y de Nilda Garré. Es que tienen fama de ser una fuerza mas honesta y transparente que en general no está contaminada con hechos de corrupción. Son mas profesionales y confiables. Sin embargo, el autoacuartelamiento o mejor dicho, la concentración de efectivos en la puerta de los edificios de todo el país, sorprendió a todos y a todas. Tanto a la presidenta como a la ministra les explotó la granada en la cara. El coronel Sergio Berni, que juega a ser una suerte de Rambo bombero que apaga todos los incendios, esta vez, falló en su misión.
Dicen que junto al ministro Hernán Lorenzino fueron agredidos y que, en un momento, no los querían dejar salir. Berni y Garré estaban distraídos en plena pelea a los codazos entre ellos. Son los problemas del doble comando que suele usar la presidenta para no darle el poder a ninguno.
Hay que ser prudentes en la evaluación de esta situación inédita. El jefe de gabinete fue muy frágil en sus explicaciones. Comunicó que no le iban a descontar un solo peso a los uniformados para que depusieran su actitud. Aseguró ademas que van a investigar quien fue el responsable de las desastrozas anomalías. Y la responsable la tenía sentada a su izquierda: la ministra Nilda Garré. Esta claro que la responsable de no anticipar el escenario, de no tener la información y la sensibilidad suficiente como para prever que iba a ocurrir lo que ocurrió fue la doctora Garré. Anoche, algun compañero de gabinete decía que era muy probable que renunciara a pedido de la presidenta. Alguien se tiene que hacer responsable de semejante crisis.
Es que a veces el gobierno está demasiado entretenido atacando a medio mundo y no tiene tiempo de tomarle la temperatura de la bronca a los distintos sectores sociales. Siempre tienen un chivo expiatorio a quien echarle la culpa de todo y no se ocupan ni se preocupan por los problemas. Hay bastante mala gestión porque apelan al facilismo de poner las culpas afuera y tener una mirada conspirativa de las cosas. Siempre el gobierno es víctima de algun destituyente. Esta vez, está claro que el gobierno fue víctima de su propia inoperancia y torpeza. Y en este caso que es realmente grave desde lo institucional, se les escapó la tortuga. Es grave porque el amotinamiento rompió la cadena de mando. Porque alteraron el orden los que tienen que garantizarlo.
Hombres de armas resistiendo decisiones civiles genera mucho temor porque aparecen recuerdos fantasmales de los peores años de la dictadura. Pero es cierto que el decreto que les recorta brutalmente sus haberes fue de una mala praxis y un amateurismo imperdonable. ¿Qué persona no reaccionaría en forma indignada si le sacan entre un 30 y un 60% de sus ingresos que encima no son nada del otro mundo? ¿Qué pensó el que tomó esta decisión que le hizo firmar a la presidenta? ¿ Se creyo que los uniformados se la iban a bancar porque estan acostumbrados a la subordinación y al valor? Primero problema grave: una mala gestión mas un diagnóstico equivocado desató una protesta inquietante.
Segundo problema grave: hay que estar atentos porque mucho policía corrupto, mucho militar antidemocrático va a querer aprovechar esta protesta genuina pero intolerable desde lo institucional. Ojo que estamos hablando de fuerzas de seguridad que portan armas y que una revuelta de este tipo se sabe como empieza pero no como termina. Hay que reclamar con firmeza que el gobierno solucione de manera racional y pacífica el conflicto, que restablezca el orden lo antes posible, y que no permita que el rio revuelto genere la ganancia de pescadores fascistas o autoritarios.
Hay cosas con las que no se juega. La altanería, la falta de diálogo y el maltrato no son los mejores caminos en ningún caso y mucho menos en este. Ayer patearon el tablero y desataron la crisis. Se encendió una luz roja de alerta. Todos tenemos que defender las instituciones democráticas. Nadie tiene que mirar para otro lado. Y alguien tiene que pagar los platos rotos. Escuchar mas y maltratar menos. Mas democracia y menos soberbia.