Bandera de lucha
Hace 22 meses que Mariano Ferreyra fue asesinado por la patota de la Unión Ferroviaria. El militante del Partido Obrero fue emboscado junto a sus compañeros con la complicidad de la Policía Federal que depende del gobierno nacional.
Llegó el día. Finalmente llegó el día del juicio oral y público.
Hace 22 meses que Mariano Ferreyra fue asesinado por la patota de la Unión Ferroviaria. El militante del Partido Obrero fue emboscado junto a sus compañeros con la complicidad de la Policía Federal que depende del gobierno nacional. Por eso, los policías están entre los 17 acusados. Son varios los testimonios que confirman que el cordón de las fuerzas de seguridad se abrió para dejar pasar a los criminales y que luego les permitió escapar. Zona liberada se le dice en la jerga.
Hubo otras tres personas heridas de bala y una de ellas, Elsa Rodríguez recibió un disparo en la cabeza que la dejó hemipléjica. El capo de la Unión Ferroviaria, José Pedraza y su mano derecha, Juan Carlos “Gallego” Fernández están acusados de homicidio agravado e intento de homicidio. Eso significa que podrían ser condenados a prisión perpetua. Con 380 testigos y audiencias hasta fin de año, se va a intentar probar que ellos fueron los instigadores del crimen. También estarán en el banquillo los acusados de ser los asesinos materiales: Cristian “Harry” Favale y Gabriel “Payaso” Sánchez, barrabravas y mercenarios.
José Pedraza, es el eterno jerarca sindical millonario y titular del gremio que fue detenido en su departamento de Puerto Madero, el barrio predilecto de los funcionarios. Un año antes había compartido un acto en la sede de su gremio con la presidenta Cristina Fernández quien además de elogiar su actividad, se puso un gorrito verde de la agrupación ferroviaria. Circuló mucho por internet el spot publicitario de la Unión Ferroviaria llamando a votar por el oficialismo que termina diciendo: “Fuerza Cristina”.
Pedraza, desde la cárcel de Marcos Paz, firmó la solicitada de los gremios que apoyan a Cristina y a Antonio Caló y que combaten a Hugo Moyano. ¿Serán intentos extorsivos y oportunistas para zafar de la justicia escondiéndose debajo de las polleras de la presidenta?
Fue Pedraza el que le avisó al gobierno que se iba a hacer la protesta de los tercerizados. Su mano ultraderecha, Pablo Díaz, un salvaje que 15 días antes del crimen declaró públicamente que si la policía y la justicia no frenaban las protestas de los obreros tercerizados lo iban a hacer ellos. Prometió justicia por mano propia y al parecer cumplió porque de inmediato, con el cadáver de Mariano todavía caliente, Díaz dijo desafiante y provocador: “Ellos querían cortar las vías y a nosotros nadie nos corta las vías”.
También sería bueno saber que hizo el ministerio de Trabajo que, según cuentan las víctimas, bicicleteó este tema durante más de 7 meses. Hay algunos diálogos telefónicos con Pedraza que no dejan bien parado a Carlos Tomada. ¿Será porque algunas de las empresas tercerizadas que se utilizan para precarizar trabajadores y para robar los subsidios son propiedad del mismo gremio de Pedraza? José Pedraza es casi un icono del gremialismo corrupto que viste trajes italianos, cadenas de oro y se maneja en autos de alta gama con vidrios polarizados y matones a sueldo. Fue el cómplice perfecto del menemismo para llevar adelante ese asesinato masivo de vías y cierre de ramales que fue bautizado como “ferricidio”.
Hasta Lionel Messi, el mejor futbolista del mundo, se puso una camiseta reclamando juicio y castigo para los asesinos de Mariano Ferreyra. Un salvaje crimen político a sangre fría es un límite que la democracia no debe cruzar jamás.
La única forma de reparar en algo semejante atrocidad que se lleva la vida de un muchacho de 23 años dedicado a pelear por un mundo más justo es garantizar el juicio, castigo y condena correspondiente. Hay autores materiales y autores intelectuales, instigadores. Pero también hay responsabilidades políticas. La sucesión de hechos violentos que no fueron condenados por las máximas autoridades y el rosario de declaraciones cargadas de pólvora y autoritarismo fue creando un caldo de cultivo para que cualquier violento se sienta apañado. Esto hay que decirlo. Para evitarlo. Para que Nunca más alguien utilice su poder político o mediático para estigmatizar a alguien que piensa distinto. Porque muchas veces se puede estar incitando a la tragedia aun sin saberlo.
Cuando lo más sensato de la sociedad reclama diálogo, consensos y coexistencia pacífica no está pidiendo una frivolidad. Por las terribles experiencias que tuvo este país sabe que si la política no es diálogo, es violencia. Los que utilizan el crimen para imponer sus ideas deben ser extirpados de la sociedad democrática y condenados a la cárcel. Indignada la militancia del PO, desde anoche canta en las calles acusaciones muy graves: “Cristina no chamuyes mas/ Te la das de progresista/ Y tu burocracia sale a asesinar”. Mariano se convirtió en un símbolo de toda la sociedad. Mariano Ferrerya es un mártir, un compromiso y una bandera de lucha.