Binner presidente
El senador Luis Juez lo dijo con toda la tonada soñadora: En el 2015 entrará a la Casa Rosada el primer presidente socialista de la Argentina: Hermes Binner
Por ahora fue el primer gobernador socialista de nuestro país y quiere ser la continuidad de aquel primer legislador socialista de América: don Alfredo Palacios. Varios de sus amigos latinoamericanos ya llegaron a ser jefes de sus respectivos estados: Tabaré Vázquez, Michelle Bachellet y Lula, a los que conoció en las reuniones de la Internacional Socialista
Por ahora se puede decir “Binner presidente” pero hay que aclarar que es presidente del Frente Amplio Progresista, un firme intento de unidad en la diversidad del progresismo argentino que quiere seguir el camino del Frente Amplio uruguayo, la Concertación chilena y el Partido de los Trabajadores de Brasil.
Ese fin de semana Binner fue proclamado jefe de esa utopía. Presentaron sus 20 ideas para los próximos 20 años. Todos se emocionaron con el himno cantado por la voz celeste y blanca de Jairo y una Amelita Baltar que se despachó con “Balada para un loco”, delante de uno de los dirigentes más serios y sensatos de la Argentina.
Precisamente esa imagen excesivamente formal y acartonada es lo que quieren cambiar de Binner. Para empezar le sacaron la corbata y lo incitaron a que mostrara su costado mas cotidiano. Quieren romper las barreras que a veces no le permiten ser más popular. Nadie duda de la honradez, el sacrificio y la austeridad republicana de Hermes Binner. Y la demostró mucho mas arriba que en el llano donde suele ser más fácil tener las manos limpias.
Salió de la gobernación de Santa Fe sin una causa, sin una sospecha siquiera de corrupción o de actitud poco transparente. Por eso se indignó tanto cuando el camporista Andrés “El Cuervo” Larroque acusó a su partido de “narcosocialismo”. Binner salió de su moderación habitual para decir que Larroque tiene el apodo bien puesto. Hermes Juan Binner es médico y como muchos socialistas aprendió a pelear por una argentina más igualitaria en los hospitales y en las salas de primeros auxilios en los barrios más marginales de Santa Fe. Voló bajo porque abajo está la verdad. Fue muy contundente cuando se dirigió a la presidenta de la Nación.
Sin mencionar a Cristina dijo en su discurso: “No venimos por todo, venimos por un cambio” y se quejó de los que creen que “una sola persona es la que sabe todo y los restantes 39.999.999 argentinos no sabemos nada”. Diseño el país que quiere construir sin corrupción, sin inflación, sin inseguridad, sin impunidad y aclaró que no es cierto que el mundo se nos caiga encima: “hay una gran incapacidad para administrar los conflictos”.
Se animó a decir que el ciclo kirchnerista está terminado y a dar unos tímidos pasos de baile tomado de la mano de sus compañeras de viaje, Margarita Stolbizer y Victoria Donda. Se conmovió cuando Víctor de Gennaro, Humberto Tumini y Luis Juez hablaron maravillas de su trayectoria. No son sectarios ni excluyentes.
El frente que preside Binner ya tiene en sus filas a dirigentes y militantes con matriz peronista, radical, socialista, demoprogresista, socialcristina y hasta clasista. Pero quieren seguir sumando. Miran con simpatía las alianzas con el radicalismo como tienen en Santa Fe donde conviven hace 20 años y gobiernan en común. También a Proyecto Sur, de Pino Solanas, a la Coalición Cívica y a sectores mas a la izquierda todavía como el Pollo Sobrero que estuvo presente en el acto como invitado. Representan una línea que defiende una democracia igualitaria y una libertad absoluta. Se sienten tan lejos del autoritarismo kirchnerista como del conservadurismo de Mauricio Macri.
Tienen mucho por construir todavía. Pero están marcando un camino sólido, confiable y creíble. Binner no se privó de criticar al gobierno de Cristina por manotear fondos de todos lados, incluso, hasta de los trabajadores y porque les interesa la degradación del otro. Nombró como ejemplos las operaciones de prensa que el kirchnerismo hizo para desprestigiar con mentiras a Enrique Olivera, Francisco de Narváez y Luis Juez.
Hizo ruido cuando dijo “El que se quiera drogar, que se drogue” porque apuesta a combatir el narcotráfico de verdad y recuperar a los adictos. Cree que la despenalización del consumo de marihuana ya está en la Constitución y acusa al oficialismo de olvidarse del avión de SW, del de los hermanos Juliá, cargados de cocaína y de tantos operativos que después quedan en la nada.
Se llama Hermes Binner. Es presidente del FAP y quiere ser presidente de la Argentina.