Hay varias preguntas inquietantes para hacer respecto del rol que está jugando Jorge Milton Capitanich, mas conocido como El Coqui.

La mas provocadora es la siguiente: ¿Que pasará con su hiperkinesis de gestión el día que Cristina esté totalmente recuperada de su salud? ¿Volverá la presidenta invisible de ahora a los viejos tiempos del dedito levantado y de la cadena nacional del relato permanente? ¿Bajará de un hondazo los humos presidenciales del ex gobernador del Chaco y lo mandará calladito al rincón de los Abal Medina, es decir de los mediocres e intrascendentes? No lo sabemos y es difícil conjeturar porque es la primera vez en la vida política tanto de Néstor como de Cristina que se vieron obligados a derivar parte de su poder.

El matrimonio que le puso su apellido al proyecto político mas prolongado de la historia argentina, jamás fue amigo de delegar nada. Siempre le pusieron el cuerpo y la mano de hierro a una forma muy concentrada de manejar el poder.

Pero esta vez es distinto. Porque Néstor ya no está y porque Cristina no está en plenitud. No había otro remedio que ceder parte de la iniciativa política a otra persona para evitar esa parálisis insólita que se generó durante la convalecencia de Cristina.
De Capitanich se dijo casi todo. Chicanas humorísticas como la de Hugo Moyano que aseguró que le dieron el mejor camarote del Titanic. Misiles furiosos como los de Elisa Carrió que dijo que era el corrupto mas dulce de todos y elogios incómodos para el elogiado como los de Eduardo Duhalde y Domingo Cavallo.

¿Que dice Capitanich de si mismo? Yo soy solo un ejecutor de las políticas que me ordena la presidenta. Es cuidadoso, camina entre algodones en una selva gubernamental cargada de acechanzas y zancadillas que pronto van a aparecer. Porque mas allá de lo que haga Cristina, es difícil de creer que después de masturbarse con el relato de que los Kirchner eran poco menos que Che Guevaras que venían a liberar a los pobres, ahora, el final sea entregarle esa posta revolucionaria nada menos que al Coqui .

¿Tanto esfuerzo clasista y combativo para tan poco? Porque por mas que ahora quieran escribir Coqui con dos letras K, lo cierto es que el muchacho es un hombre formado en el pensamiento mas conservador de la iglesia y por eso trabajó con el mismo entusiasmo con Menem y Cavallo, Duhalde y el matrimonio Kirchner. Chaco no es un canto a la sociedad igualitaria y transparente desde la ética. Quiero creer que el modelo Chaco no es la utopía de Axel Kiciloff aunque también haya trabajado para Cavallo y el Coqui en su momento.

El sueño de la militancia parece ser otro. Lo dijo con toda claridad la intelectual Julia Mengolini en la tele. Los ricos son los malos y por eso yo soy de izquierda. La panelista K dijo que los ricos son malos pero no dio precisiones respecto de a que ricos se refería. ¿ A Cristina, por ejemplo?¿ Ella es rica y por lo tanto mala? Que pasa, que pasa general que esta lleno de ricos el gobierno popular. Y muchos sienten que Puerto Madero es su lugar en el mundo. Esos son malísimos, pero funcionarios. Capitanich también es rico. Y hasta Fito Páez es rico aunque sienta asco por los ricos.

Martín Insaurralde no es rico pero se fue de vacaciones a Miami y no llevó ninguna estampita de Hugo Chávez para exorcisar a tanto millonario frívolo que frecuenta esas playas. Tanto Ignacio Copani como Diana Conti que tampoco son tan pobres le dieron con un caño para que aprenda. ¿Quien será el primer kirchnerista que le pare el carro a Capitanich? ¿Quien será el primero que le cuelgue el teléfono y le diga... yo solo respondo a Cristina?


Se vienen momentos informativamente apasionantes. Porque el poder no se comparte. Es la mejor forma de conocer realmente a una persona. Giulio Andretotti hizo famosa esa sentencia de que el poder desgasta sobre todo cuando no se tiene. Y el genial escritor Antonio Gala dijo que al poder le pasa lo mismo que al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra. Cristina tiene el poder. ¿Permitirá que Coqui crezca y sea su heredero o solo utilizará sus servicios y después lo tirará por la ventana de la historia? Cosas vederes, Sancho.