Cristina: días de furia
Cristina redobla su apuesta. Huye hacia delante y en cada gesto demuestra que está dispuesta a cumplir su promesa de ir por todo.
Cristina redobla su apuesta. Huye hacia delante y en cada gesto demuestra que está dispuesta a cumplir su promesa de ir por todo. Mientras más lejos de la sociedad y de la reelección está, la presidenta, más radicaliza su discurso y su acción. Todos los días hay informaciones que certifican los días de furia de Cristina que van a terminar inexorablemente con un serio conflicto de poderes con la Corte Suprema. A esta altura el “cristinato” ni se molesta en disimular sus intenciones de perseguir a la Corte hasta lograr su destitución. Es una suerte de alzamiento contra uno de los poderes del Estado.
Y lo impulsan desde otro poder del estado. Irracional y peligroso. Es gravísimo lo que está ocurriendo. La primera señal la dio Hebe Bonafini, la jefa espiritual del cristinismo. Anticipó lo que se venía. Trató de turros y estafadores a los miembros del máximo tribunal y los amenazó con tomar el palacio judicial. La escalada fue creciendo hasta que se superaron todos los límites civilizados. Diversos funcionarios acusaron a la Corte, uno de los logros de Néstor Kirchner reconocidos por todos, de ser corrupta, menemista, golpista y opositora.
El acto de Justicia Legítima K de ayer fue directamente grosero. Colectivos que trajeron personas del conurbano y militantes camporistas actuaron una especie de ejecución de los jueces a los que se cansaron de insultar. Cañas largas como picas de la mazorca, levantaron muñecos con togas y pelucas que simulaban a los magistrados que no se arrodillaron frente a las exigencias del Poder Ejecutivo. Pocos jueces y fiscales y muchos fanáticos que corearon con lo de siempre : “che gorila no te lo decimos mas, si la tocan a Cristina, que kilombo se va a armar”.
¿Quiénes son los gorilas? ¿Los jueces de la mejor Corte Suprema que logró la democracia? ¿Los mas independientes y los de mayor excelencia académica? Pregunto: ¿El único que no es gorila es Zaffaroni, justo el juez que juró por el estatuto del genocida Jorge Rafael Videla? Uno de los actores que caricaturizaban a los jueces era un anciano que se secaba la baba con los expedientes. Doble discriminación para Carlos Fayt, estigmatizado por la presidenta al descalificarlo como “casi centenario”.
Ahora invierten la carga de la prueba y le piden al juez Juan Carlos Maqueda que explique como supo que quien lo amenazó en la puerta de su cada era de La Cámpora. Los sabuesos de la AFIP sobre el presidente de la Corte muestran hasta que nivel son capaces de utilizar el aparato estatal para intimidar y extorsionar. Oficialmente la AFIP no desmintió lo que Ricardo Lorenzetti le comentó a sus compañeros y el ministro de defensa Agustín Rossi dijo una obviedad chicanera: “¿Cuál es el problema de investigar a Lorenzetti si tiene todos sus papeles en orden y nada para ocultar? Hebe Bonafini también los había amenazado con carpetazos sobre su vida personal. Los medios K llevaron a Lorenzetti a la tapa y esa tapa la pegaron en las paredes a modo de afiches.
Escraches y aprietes inadmisibles. Por eso dirigentes opositores pidieron desde la interpelación hasta la renuncia del Ricardo Echegaray, el jefe de la AFIP. Pero hay señales que deben encender la luz roja de alerta en el tablero republicano. Los mismos que aprobaron la ley antiterrorista y ejecutaron el proyecto de espionaje interno llamado X, ahora colocan en la cima del poder militar al general Cesar Milani, íntimo amigo de Nilda Garré y Horacio Verbitsky que viene del aparato de inteligencia. ¿Intentarán chavizar las Fuerzas Armadas? ¿Lograrán politizar lo único que no hay que politizar jamás que son los uniformes? ¿Quieren jugar con fuego? Esas batallas permanentes que prometió dar Cristina se están desarrollando a tambor batiente y paso redoblado. Si fuera una batalla ideológica y una discusión de ideas, estaría muy bien. De eso se trata la democracia. Pero cuando se usa y abusa del estado para amenazar a los ciudadanos eso es otra cosa. Eso tiene un nombre y un apellido: autocracia autoritaria.