Cuando terminó su labor como presidente de Perú en 1878, Manuel Justo Pardo y Lavalle viajó a Chile. Regresó al ser elegido senador. Mientras ingresaba en el recinto, Melchor Montoya, sargento de la guardia del Congreso, desenfundó y le disparó a quemarropa. El historiador italiano Tomás Caivano concluyó: “Fue algo más que el asesinato de un hombre: fue el asesinato de Perú”. ¿Fue el suicidio del expresidente Alan García el suicidio de Perú? El suicidio de un país del cual Mario Vargas Llosa no sabe, desde que escribió la novela Conversación en la Catedral a finales de los sesenta, en qué momento se jodió.