La semana pasada, David Bowie tuvo una idea. Su nuevo single, «Love Is Lost», iba a ser lanzado y necesitaba un videoclip. Es por eso que, evitando los invitados famosos y la producción ostentosa, al artista británico agarró su cámara, rescató un par de marionetas de su archivo y escribió, filmó y editó el vídeo entero el pasado fin de semana en el oscuro pasillo de su oficina en Nueva York.