Elefante en un bazar
Oscar Lescano resume lo peor de lo peor del sindicalismo argentino. Y eso que tiene mucha competencia. Que hay varios gordos y millonarios como él que manejan sindicatos con trabajadores pobres.
Oscar Lescano resume lo peor de lo peor del sindicalismo argentino. Y eso que tiene mucha competencia. Que hay varios gordos y millonarios como él que manejan sindicatos con trabajadores pobres.
Oscar Lescano hace 28 años que está atornillado al sillón en el gremio de Luz y Fuerza y no piensa retirarse. ¿Escuchó bien? 28 años… Dijo que si deja su puesto, se muere.
Vacaciones en los lugares mas sofisticados del Caribe y Europa, autos de alta gama con vidrios polarizados, camionetas 4x4 y una mansión en San Isidro son algunas de las características de Oscar Lescano que cena todas las noches en uno de los restaurantes mas caros de Puerto Madero.
Ya cumplió 80 años y padece de honestidad brutal o directamente de incontinencia oral. Comete un sincericidio tras otro. Llegó a decir que su ex esposa estaba chapita porque denunció que en su casamiento gastaron 500 mil dólares. A vos no te va tan mal, gordito, le hubiese dicho el ex presidente Raúl Alfonsín.
Lescano está en el centro de la escena porque sus movimientos paquidérmicos ya generaron un revuelo bárbaro. Cada una de sus declaraciones últimas pateó el tablero. El gobierno por boca de Juan Manuel Abal Medina le canceló una reunión a la CGT oficialista porque Lescano le puso plazos a Cristina.
“Le damos 30 o 40 días como máximo para que nos den una respuesta y resuelvan el tema del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias”, dijo. Ardió Troya. La presidenta montó en cólera, algo que ya se sabe, le cuesta muy poco. Los de la CGT de Antonio Caló, o la CGT rosada como le dice Roberto Lavagna o CGT Balcarce como le dice Moyano, no saben como hacer para ponerle un bozal al gordo Lescano.
Este sábado en la primera sesión de Políticos en terapia le dijo al diario La Nación que “yo siempre fui oficialista de todos los gobiernos”. Se habló encima. Pero eso no fue todo. Sin ponerse colorado, amenazó con declararle “la guerra total al gobierno si se atreven a tocar las obras sociales, a privatizarlas o estatizarlas, o a hacerles cualquier cosa, les vamos a declarar la guerra y van a tener que matarnos a todo”. Faltó que agregara, con la caja no se juega o no nos metan la mano en nuestro bolsillo.
La CGT oficialista está convencida de que le titular del PAMI, Luciano Di Césare es el autor intelectual en las sombras del proyecto para que el gobierno pueda quedarse con la abultadísima caja de las obras sociales. Por eso Lescano que no nació para la diplomacia fue al grano: “Si Di Césare sigue jodiendo le metemos 20 mil personas en el PAMI”.
Lescano es uno de los dirigentes que integran la CGT que apoya a Cristina. El mismo que, después de ser un cómplice de Carlos Menem, hoy es un defensor de los gobiernos kirchneristas. Esta pelado con Moyano porque lo acusó de traicionar a los trabajadores y de ser alcahuete de Menem. Dijo además, que Lescano parecía salido de las catacumbas, un muerto vivo.
Camisa abierta, cabello canoso peinado para atrás, abdomen prominente, reloj carísimo, pulsera con eslabones de oro, anillo de sello bien llamativo y anteojos oscuros, es el aspecto de Oscar Lescano que parece salido de la película El Padrino. No tiene pensado jubilarse ni permitir ningún tipo de renovación en el gremio. Hace 28 años que se viene enriqueciendo desde la conducción. Oscar Lescano es un símbolo de un sindicalismo que atrasa, que pacta con patronales y gobiernos y no defiende a los trabajadores y que tiene el nivel de vida de un empresario millonario y no de un dirigente gremial. En estos días estuvo removiendo el avispero. Es un típico burócrata sindical. Un jerarca. Un elefante en un bazar.