Francisco: "Los responsables de abuso sexual rendirán cuenta"
El Sumo Pontífice brindó un discurso donde anunció que se reunió con víctimas de abuso; duros cuestionamientos a la "cultura del consumismo" y un fuerte llamado a los jóvenes a casarse
En su último día de la gira por Estados Unidos, el Papa Francisco se reunió hoy en Filadelfia con víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia y dijo que todos los responsables de "esos crímenes rendirán cuentas".
"Los crímenes, los pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto durante más tiempo", dijo el Sumo Pontífice al comienzo de un encuentro que mantuvo en esa ciudad estadounidense con obispos.
Poco antes, había recibido durante media hora en el Seminario San Carlos Borromeo a tres mujeres y dos hombres "víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero, educadores y miembros de sus familias", indicó un comunicado del Vaticano.
"Acabo de reunirme con un grupo de personas abusadas cuando eran niños, que son ayudadas y acompañadas aquí en Filadelfia con un especial cariño por el arzobispo (de Filadelfia) monseñor (Charles) Chaput, y nos pareció que tenía que comunicar esto a ustedes", señaló Francisco ante los obispos.
"Lo llevo grabado en el corazón", sentenció el Papa sobre el "sufrimiento de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes" y añadió que le abruma "la vergüenza por personas que tenían a su cuidado a esos pequeños a quienes les causaron graves daños". "Lo lamento profundamente, Dios llora", exclamó.
"Los supervivientes de abusos se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza, y ministros de misericordia. Le debemos a ellos y sus familias nuestra gratitud por su valor de hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal del abuso de menores", dijo.
De esa manera el Papa volvió a condenar la pederastia en Estados Unidos, donde numerosos curas fueron acusados de perpetrar abusos sexuales contra chicos y las diócesis debieron afrontar juicios millonarios.
Francisco concluirá hoy su viaje a Estados Unidos con la participación en la clausura del VIII Encuentro Mundial de las Familias, antes de abandonar Filadelfia con destino a Roma.