Tras la recepción pública en la Casa Blanca y de la reunión privada con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el papa Francisco recorrió en un papamóvil abierto el National Mall, y encabezó un encuentro con obispos en la catedral de St. Matthew, donde pidió que los "crímenes" por pederastia "no se repitan nunca más".

Mientras miles de personas gritaban desaforadas desde detrás de unas vallas al paso del papamóvil, con Francisco ondeando sus brazos, rodeados de varios agentes de seguridad, los obispos arribaban a la catedral para su encuentro con el pontífice.

 
Una vez en la catedral, Francisco pidió a los obispos estadounidenses que trabajen para que los casos de abuso sexual de niños que sacudieron a la Iglesia Católica no se repitan nuevamente.

 

Francisco ha adoptado medidas severas contra la pedofilia, pero en Estados Unidos su decisión de no reunirse con víctimas de abuso sexual por sacerdotes decepcionó a muchos seguidores.