¿Hasta cuando, Gerardo? La policía, la justicia, la política o sus propios compañeros del sindicalismo deberían preguntarle a Gerardo Martínez hasta cuando su gremio va a estar involucrado en patotas violentas que a veces terminan con muertos, como el apuñalado en Quilmes.

Ya no es una casualidad que en la mayoría de los situaciones donde hay una batalla campal, donde se resuelven las cosas a palazos, cadenazos o directamente a los tiros, aparezcan siempre los muchachos de la UOCRA que conduce Gerardo. En Comodoro Rivadavia donde hay un herido con un balazo en el pecho, en otros pueblos de Chubut, en Santa Cruz, en San Vicente, en Florencio Varela donde un muchacho quedó parapléjico, siempre aparece la banda de Gerardo.

Y esto ocurrió nada menos que en el día del trabajador de la construcción. En muchas ocasiones la pelea es por plata, por armas, por prebendas o por internas entre los mismos gremialistas.

Creo que hay que ponerle un fin antes de que sea demasiado tarde para lágrimas. Creo que ya superó todos los límites. Que a esa metodología barra brava hay que decirle Nunca Mas. Pero no me sorprende porque tengo bien claro quien es Gerardo Martínez.

Me extraña que la presidenta Cristina Fernández no sepa quien es Gerardo. Hace poco lo recibió en su despacho y, como siempre, lo llenó de elogios. Lo viene haciendo hace tiempo. Siempre menciona esos cascos amarillos de los albañiles que tanto trabajo han recuperado con la obra pública que impulsa el gobierno.

Hace poco lo llevó a la cumbre del G-20. El ministro Carlos Tomada también habló maravillas del titular de la Unión Obrera de la Construcción. Funciona como el mejor alumno. El niñito Gerardo es el preferido del gobierno y también de los empresarios. Es prolijito, obediente y siempre está dispuesto a privilegiar sus relaciones políticas y comerciales con el poder para dejar a sus compañeros trabajadores en un segundo plano.

Gerardo es uno de esos sindicalistas que vive, viste y piensa como empresario. Fue uno de los puntales del menemismo y siempre tuvo la sagacidad, la rapidez para los mandados, de participar en las AFJP, ART y ahora en la televisión oficialista del kirchnerismo. ¿Ya vio UOCRA TV? Donde hay un negocio siempre está presente Gerardo. Tiene buenos modales para sentarse a la mesa de los poderosos.

A Gerardo le gustan los viajes internacionales, las vacaciones en lugares sofisticados y los trajes italianos. Habría que estudiar el patrimonio de Gerardo. ¿Cómo es que hizo una fortuna que le permite vivir como millonario mientras los albañiles viven humildemente? Son gordos, burócratas, jerarcas sindicales que poco y nada tienen que ver con los que mas necesitan.

En junio del 2000, Telenoche Investiga descubrió una organización mafiosa en el sindicato que recibía coimas de los empresarios a cambio de mirar para otro lado y no controlar las medidas de seguridad para cuidar a los albañiles que se morían como moscas en las obras en construcción. En 1999 murieron 160 obreros por falta de cumplimiento de las normas.

Recuerdo la cara de piedra y cemento que ponía Gerardo Martinez cuando aparecía implicado Juan Ladina, su mano derecha y las balas picaban cerca. Gerardo se ofrece como la cara racional y perfumada del gremialismo. Ofrece domesticar a los trabajadores y ponerlos en caja para manejar la caja. Subordinar al movimiento obrero a este gobierno y a todos los gobiernos, a estos empresarios y a todos los empresarios. Para los laburantes, ni justicia.

En este programa se anticipó que, como si todo esto fuera poco, Gerardo era también un servicio de inteligencia del ejército de la peor calaña porque militaba en el Batallón 601 que fue uno de los centros estratégicos y operativos del terrorismo de estado. Es grave también lo que denunciaron los organismos de derechos humanos: dicen que se infiltró en un gremio que enseguida tuvo 102 detenidos desaparecidos.

El gobierno nacional y el propio Martínez se mantienen en un silencio sospechoso. Dicen que el que calla, otorga. Sobre las últimas guerras a tiros de los grupos de Varela y Comodoro tampoco dijo nada. Un comunicadito formal del gremio y chau. Hubo 11 heridos. ¿Qué le van a decir a los padres de ese albañil que va a tener que estar toda su vida en silla de ruedas porque le metieron un balazo en la columna? ¿Qué le va a decir la justicia, la política, el gremialismo a Gerardo? Por lo menos hay que decirle: basta Gerardo. O Gerardo, Nunca Más.