El 2 de enero de 2002, Eduardo Duhalde fue elegido por la Asamblea Legislativa para finalizar el mandato presidencial que dejó vacante al renunciar Fernando De la Rúa en medio de la crisis del 2001.

Entre las medidas de su gobierno las más recordadas y polémicas fueron: la devaluación de la moneda, que dio fin a la Ley de Convertibilidad y la pesificación forzada de los depósitos bancarios en moneda extranjera.

Para las siguientes elecciones presidenciales del 27 de abril de 2003, Duhalde decidió dar su apoyo ―junto con su bastión electoral, el conurbano de Buenos Aires (que concentra casi la mitad de los electores de todo el país) ― a Néstor Kirchner, quien resultó electo presidente.