Nawal Marwan es una mujer libanesa que pasó los últimos años de su vida en un obstinado silencio. Sus hijos, los gemelos Jeanne y Simon, resentidos por esta distancia, esta forma de abandono, se niegan en principio a cumplir el mandato que ella les deja por herencia: buscar a un padre al que creían muerto y a un hermano cuya existencia ignoraban.

Lentamente, sin embargo, se embarcan en esa búsqueda épica que los llevará al pasado, a la tierra de su madre, y al corazón de las guerras internas que habían asolado su país. Nawal (Ana María Picchio), de familia cristiana, es víctima de este enfrentamiento, que le arrebata al hijo que tuvo con un musulmán.

Pero recibe una gran enseñanza de su abuela: “Aprende a leer, aprende a escribir, aprende a contar, así podrás escribir un nombre en una lápida. Aprende a pensar.” Nawal sigue este consejo, pero además aprende a cantar. Cantar se convertirá para ella en un arma de resistencia y le dará un aura mítica.


Con su clásico colaborador Emilio Basaldúa, Sergio Renán pone una escena de gran impacto bifurcada en diversos planos, que representan alternativamente diferentes espacios, momentos, países, oficios y puentes. Detrás de la escena, o por momentos delante, se escribe con letras de enorme violencia la historia de fondo, el dolor y la barbarie, las ciudades destruidas, las vidas derrochadas.

Jeanne (Esmeralda Mitre) es maestra de matemática; Simon (Mariano Torre) es boxeador. Guiados por quien fuera el escribano de su madre (Jorge D’Elía) emprenden el viaje iniciático que los llevará al estupor de la verdad. Y se toparán con el Mal en persona, el francotirador Nihad, que hace rock and roll con un fusil y saca fotos artísticas de sus víctimas: una extraordinaria construcción de Daniel Aráoz que aterra y divierte a la vez.


Wajdi Mouawad nació en Beirut en 1968; de familia cristiana, escapó de su país durante la guerra y se instaló en Canadá. Es actor, autor y director teatral, creador de compañías en Francia y Montreal, y actualmente director artístico del Centro Nacional de las Artes de Otawa. “Incendios” tiene la intensidad de las grandes tragedias que cruzan el tiempo desde la escena griega hasta hoy. Y Renán la dirige con la opulencia dramática de un magnífico régisseur.

En el teatro Apolo, Corrientes 1372