Jujuy, una de las sedes de la Copa América 2011, es la joya de Argentina en el altiplano andino. Posee una rica cultura y paisajes de belleza inigualable, como la quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 2003.


Enclavada a unos 1.600 kilómetros de Buenos Aires, en la cordillera de Los Andes, en el noroeste de Argentina, y fronteriza con Chile y Bolivia, la provincia de Jujuy guarda vestigios de antiguas poblaciones quechuas, coyas y aimaras, entre otras, que formaban parte del Imperio Inca.

Además de las huellas del Camino del Inca, Jujuy atesora manifestaciones de arte rupestre, petroglifos o restos arqueológicos de diversos orígenes. Su selvática región nororiental preserva en cambio una cultura autóctona completamente diferente.

En 1561 y 1575 fracasaron sendos intentos españoles por fundar una ciudad en el estratégico valle de Jujuy, que toma su nombre de los jujuy o jujuyes, aborígenes de la etnia omaguaca, que en el siglo XVI resistieron la conquista de su territorio, clave para el comercio entre el norte del Virreinato del Río de la Plata (Argentina) con Perú y el Alto Perú (Bolivia).

Finalmente, San Salvador de Jujuy, la actual capital provincial, fue fundada por el español Francisco de Argañarás y Murguía con el nombre de "San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy" en 1593. La capital jujeña se conoce como "la tacita de plata", al igual que el estadio en el que Bolivia, Colombia y Costa Rica (que sustituye a Japón) jugarán en la primera ronda de la Copa América, en el mes de julio.

FUSIÓN CULTURAL

La gastronomía y las fiestas tradicionales de Jujuy, especialmente el carnaval, son una buena muestra de la de la fusión de la cultura andina con la española.

Los pueblos originarios jujeños mantienen viva la ceremonia de ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra), en agosto, mientras que el pequeño poblado de Casabindo, con su corrida de toros, es todo un símbolo de la herencia española.

Como contraste, en las selvas subtropicales de Las Yungas se mantienen las costumbres, leyendas y rituales de pueblos originarios Ava Guaraní, totalmente alejados de los andinos.

Además, según fuentes de la Secretaría de Turismo de la provincia, en Jujuy, como en ningún otro lugar de Argentina, el ritual católico convive con las tradiciones ancestrales de los pueblos originarios.

Antiguas capillas, buena parte de ellas de finales del siglo XVII, se conservan en perfecto estado esparcidas por todo el territorio, con campanarios que sobresalen hasta en apartados pueblos del altiplano.

Es frecuente el paso de pequeñas procesiones religiosas de un poblado a otro. Son las llamadas "misachicos", en las que los fieles llevan en andas a sus santos mientras rezan y cantan al son de bandas de instrumentos autóctonos con los sicuris, bombos, erques, quenas y cajas, para rogar a la Madre Tierra o Pachamama por la salud y la cosecha.

Otra de las tradiciones jujeñas es 'la señalada', que consiste en cortar las puntas de las orejas y marcar con lanas de colores al ganado de cría para pedir por una buena temporada.

UN CAÑÓN NATURAL DE 200 KILÓMETROS

Pero, además de disfrutar de las tradiciones jujeñas, los afortunados visitantes de esta provincia tienen una cita inexcusable con la Quebrada de Humahuaca, un cañón de más de 200 kilómetros de extensión que guarda restos de las sucesivas culturas que se asentaron en esa zona durante los últimos diez mil años. Una diversidad muy difícil de encontrar en otras áreas de Los Andes.

La población humahuaqueña, mayoritariamente coya, ha luchado por mantener la cultura indígena y ha logrado que este "patrimonio cultural vivo" contribuyera a que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la declarara patrimonio de la Humanidad en 2003.

El carnaval de la Quebrada es una de las más atractivas celebraciones de la región. Tras nueve días de alegría y "licencia para pecar", la fiesta, que se celebra desde finales del siglo XIX, concluye con el entierro simbólico del diablo.

"Además de ser un atractivo turístico, el carnaval es una forma de reafirmar nuestra cultura y religión, la adoración de la tierra, lejos de los brillos y el lujo de los carnavales de otras regiones de Argentina", remarca a EFE el secretario de Turismo y Cultura de Jujuy, Jorge Nocetti.

GASTRONOMÍA ANDINA

La fusión entre culturas se refleja también en la gastronomía local, en platos como la olla jujeña, que se nutre de las recetas que por generaciones mantuvieron los pueblos andinos con productos locales como el maíz, la papa y el ají picante guisados con carne de llama, y aportaciones hispánicas, como la carne vacuna, ovina y caprina.

"Muchos alimentos y su forma de preparación perdieron importancia durante la conquista, incluso fueron menospreciados, prohibidos y erradicados violentamente de sus costumbres como el caso de la kiwicha y la Quinoa", granos andinos considerados sustitutos de la carne, explica la web oficial de la provincia de Jujuy.

No obstante, en la gastronomía local conviven el chuño (almidón de maíz cocido en leche), el tamal y el charqui (tasajo) utilizado para guisados, con las empanadas y el cocido de origen español bautizado como locro, con carne de cerdo, de vaca, chorizos y los frutos autóctonos zapallo y maíz.

Buenos platos para saborear mientras se disfruta de la Copa América 2011.

ALEJANDRO MÉNDEZ