El papa Francisco volvió a protagonizar hoy un momento que emocionó a todos los fieles que fueron a ver su audiencia general de los miércoles. El pontífice argentino, en medio de su recorrida para saludar a los peregrinos, frenó para darle un conmovedor abrazo a un hombre afectado por neurofibromatosis, un trastorno hereditario en el cual se forman tumores en la piel y los nervios del cerebro y la médula espinal.

Con su bendición, Jorge Bergoglio quiso darle apoyo y esperanza al hombre y, además, demostrarle al mundo que hay que acoger los enfermos.

Ese fue uno de los mensajes de su catequesis, en la que contó otro encuentro que había tenido en su baño de multitudes, uno con una beba de 18 meses que padece una atrofia muscular degenerativa del tipo I.

"Acabo de ver a esta bellísima niña con una gravísima enfermedad. Se llama Noemi, y ella, pobrecita, sonreía siempre. Sus padres rezan por la salud de esta niña. Hagamos un acto de amor por ella. No la conocen, pero es una niña bautizada, como nosotros. En silencio pidamos ayuda al Señor para que le dé salud", pidió el Papa.