La era del cinismo
Las series que viene estrenando el cable en las últimas temporadas tienen una particularidad muy propia de la época: la construcción del cinismo.
Las series que viene estrenando el cable en las últimas temporadas tienen una particularidad muy propia de la época: la construcción del cinismo. “Nurse Jackie”, por ejemplo, protagonizada por Edie Falco, es una enfermera muy eficiente, infiel a su marido y adicta a una misteriosa droga que se ve como el contenido de unas grajeas y se aspira como la cocaína. “House”, el médico que protagonizó uno de los mayores éxitos de la televisión reciente, también es –o ha sido- adicto a los analgésicos y cultiva en sus vínculos un estilo de superlativa crueldad.
Un poco antes, “Los Soprano” manejaron la violencia y el delito con toda naturalidad y sin adjetivos. Una serie como “The Shield”, con Michael Chiklis y Glenn Close, tenía por protagonista a un policía inescrupuloso y francamente perverso. La flamante “Call me Fitz” muestra a un sexópata, cuya madre parece una sociópata peor que él.
En algún momento se corrió de lugar lo que podríamos llamar “el factor moral” que tranquiliza las historias y ofrece un terreno para la identificación. Ese momento bien pudo haber sido la serie “Dallas”, en 1978, que por primera vez tuvo como protagonista al malo de la historia. En este caso era el pérfido J.R. Ewing (Larry Hagmann), un poderoso petrolero a quien “nos encantaba odiar”.
Las tiras argentinas, también, están pobladas de seres miserables, infelices y llenos de lacras personales. Las comedias blancas están en franca extinción, incluso las del mercado infantil. Parece que en la ficción como en tantas otras partes, el mal resulta más vendedor que el bien.
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