La lluvia le dio un marco ideal al Monumental, el equipo de Gallardo obtuvo la Copa. Pasaron 19 años para que la banda vuelva a festejar.
 
La fase de grupos de la Libertadores arrancó con angustia, al igual que la de San Lorenzo del año pasado, pero terminó de la mejor manera.
 
"River vuelve a ser River", era el eslogan de campaña de Rodolfo D'Onofrio y fue Marcelo Gallardo el encargado de llevar la frase a la realidad dentro de la cancha. 
 
El Muñeco se hizo cargo de un plantel sin grandes figuras, apenas pidió a Leonardo Pisculichi (autor del gol en la Sudamericana contra Boca), que había descendido con Argentinos Juniors, y después no dudó en confiar en los regresos de Carlos Sánchez (convirtió el tanto ante el "Xeneize" en la Libertadores) y Rodrigo Mora. Revalorizó a Ponzio y Funes Mori,hizo estandarte a Kranevitter, domó caracteres poco dóciles como el de Teo Gutiérrez y armó un equipo ganador.
 
Una diferencia clara entre el título de 19 años atrás y el de esta edición de la Copa Libertadores: la selfie de los campeones, todo un símbolo de estos tiempos.
 
El martes se mide ante Gamba Osaka por la Suruga Bank; defiende los títulos de la Sudamericana, la Libertadores y la Recopa, y en diciembre disputa el Mundial de Clubes en Japón



@pablolivsit