Murió Karen Black
Hacía años que no pensaba en esta actriz, que no la veía en película alguna, que nada sabía de ella (estaba muy enferma), y sin embargo tuve una particular congoja al enterarme de su muerte.
Hacía años que no pensaba en esta actriz, que no la veía en película alguna, que nada sabía de ella (estaba muy enferma), y sin embargo tuve una particular congoja al enterarme de su muerte.
Es que era una mujer muy especial y muy diferente de los clásicos estereotipos de las actrices de Hollywood, las que no pertenecen a la primera línea, las estrellas como Julia Roberts, por ejemplo, o Meryl Streep.
Karen Black casi siempre personificó a mujeres de segunda clase, camareras, prostitutas, esposas infieles y víctimas del horror en las películas de género. De hecho era ligeramente estrábica, cosa que no se hallará a menudo en el cine estadounidense. Y en ningún otro, en realidad.
Pero participó en películas que no sólo entraron en la historia del cine sino que dispararon la revolución cultural que transformó el mundo a partir de los años sesenta, la revolución que el cine comenzó a reflejar unos años más tarde.
KB tuvo un papel menor en la legendaria “Busco mi destino” (“Easy rider”) la película de 1969 que mostró el origen de una juventud totalmente distinta, atravesada por el cinismo, la disconformidad y la búsqueda de un universo menos contracturado.
Su papel en “Mi vida es mi vida” (“Five easy pieces”) fue mucho más protagónico y entrañable. Jack Nicholson era un prometedor concertista de piano, hijo de una familia muy aristocrática y musical, que ahogado por tanta paquetería abandona a su familia y su carrera de músico para irse a trabajar a un campo petrolero como un obrero más.
Una escena memorable de la película lo muestra con su compañero en una ruta, atascado en un embotellamiento al volver del trabajo. El vehículo que va delante, a paso de hombre, es una pick-up que lleva en la caja un piano vertical. Nicholson sale del auto, trepa a la camioneta que va delante y se sienta al piano a tocar una pieza de Chopin. No sabíamos, hasta ese momento, que era algo más que un obrero.
Karen Black es su novia, una camarera de clase baja, una muchacha sencilla y muy atractiva. Cuando el protagonista, también aburrido de esta vida de trabajador, decide visitar a su familia porque el padre está enfermo, lleva consigo a su novia pero la deja en un motel, no se anima a presentarla en su casa.
KB tuvo un papel en “El gran Gatsby”, la versión de 1974 de Jack Clayton, con Robert Redford y Mia Farrow, con libro de Francis Ford Coppola (sobre la novela de Scott Fitzgerald, por supuesto). Ella era la esposa del mecánico, que vuelve loco al señor Buchanan y flirtea con él frente a su marido.
Luego hizo muchas películas de terror, clase B, y no siempre le ha ido bien. Pero formó parte de la época que alteró los corazones de los jóvenes y abrió caminos para formas de vida diferentes, más locas, más peligrosas, básicamente más nuevas. Karen Black murió y su partida me conmovió más que la de algunos ídolos.