Marisa Fassi, la intendenta de Cañuelas, heredó el cargo de su esposo, Gustavo Arrieta, quien se fue a ocupar la secretaría de Asuntos Agrarios de Scioli.

Ella había encabezado la lista de concejales, y era la sucesora según marca la ley de municipios en la provincia.

Es algo muy común, demasiado común en la política argentina, y en la provincia: que los cargos se tomen como bienes gananciales, y sean las esposas o los hijos quienes los heredan.