Ni gendarme ni presa
El discurso de ayer de la presidenta se podría haber titulado tranquilamente: Es para Moyano que lo mira por tevé. Es que la cadena nacional estuvo llena de tiros por elevación de Cristina hacia el líder de la CGT.
El discurso de ayer de la presidenta se podría haber titulado tranquilamente: “Es para Moyano que lo mira por tevé”. Es que la cadena nacional estuvo llena de tiros por elevación de Cristina hacia el líder de la CGT. Para empezar, el camionero una vez más no fue invitado a la platea de aplaudidores. Hay que decir que durante mucho tiempo el tenía reservado su lugar en la primera fila. Ahora le cerraron la puerta de la Casa Rosada. Eso confirma lo que venimos diciendo hace mucho: la presidenta quiere la cabeza de Moyano. Hay que decirlo sin vueltas. No quiere un Moyano más diplomático o más dócil.
Primero porque ese no sería Moyano que es rústico y arisco por naturaleza. Y segundo porque su principal objetivo es sacarlo de la CGT y reducir a cenizas su extraordinario poder y capacidad de daño. No se sabe muy bien porque la presidenta cambió. No está muy claro cuales fueron los motivos que la llevaron a convertir en uno de los principales enemigos a quien fue uno de los principales amigos, socios y cómplices, dicen algunos de Néstor Kirchner.
¿Qué es lo que enojó a Cristina? ¿Qué es lo que ahora no le gusta y antes le gustaba? ¿Su color de piel, como dicen los moyanistas?¿ Su metodología del bloqueo y el piquete a las empresas? ¿Lo acusa de ser corrupto y lo quiere meter preso? Es tal vez el tema más delicado que tiene la presidenta en sus manos. Porque todo lo que Moyano es hoy, lo hizo con su combate al neoliberalismo de Menem y, también, en sociedad con el ex presidente Néstor Kirchner.
Hace tiempo que Cristina le viene diciendo de todo. Pero ¿Qué le dijo ayer? Primero lo mandó a ganar una elección si quiere ser presidente y decidir sobre salarios, impuestos y demás cosas. Le tiró con la urna que tiene 12 millones de votos. Repitió su frase madre del día de su asunción en el 2007: “No voy a ser ni gendarme de la utilidad de los empresarios ni presa de ninguna interna sindical”. La presidenta pareció responder los planteos de Hugo Moyano en el acto de Huracán cuando dijo que “puedo tolerar críticas, todo el mundo tiene derecho a hacerlo, pero no debe haber gobierno después de Perón, que haya hecho distribución y justicia social como el de Kirchner”.
Tal vez el elogio a su esposo tenga que ver con las acusaciones de Pablo Moyano. Al responderle al ministro Julio de Vido dijo que ningún camionero había dicho que Carlos Menem fue el mejor presidente de la historia después de Peron”. ¿Se acuerda de esas palabras de Néstor en el video de la inauguración de un aeropuerto?
Sin nombrarlo la presidenta acusó a Moyano de no querer solucionar los problemas de su gremio, de buscar otra cosa, por el nivel de griterío de sus reclamos y por hacerlo a través de los medios de comunicación. “El que quiere solucionar algo no lo ventila por los diarios”: Esa es la idea rectora de Cristina. Y también reveló que el transporte de cargas, actividad madre de los camioneros que están entre los que ganan sueldos más altos, recibió 5 mil millones de pesos en subsidios. Y dijo que así es muy fácil dar aumentos.
Con los subsidios del estado que `pagamos todos y que ya no van a estar mas. Hasta hace poco el gremio de Moyano funcionaba como un techo para las negociaciones colectivas del resto de los sindicatos. Eso cambió aceleradamente. Ahora la pelota está en el campo del sindicalismo. Parece que Moyano prepara una contraofensiva con acto y movilización a Plaza de Mayo con nuevos aliados como la CTA opositora de Pablo Micheli y el movimiento social “Barrios de Pie”. Tal vez ese sea el final de la relación con el gobierno. La ruptura definitiva. El salto de Moyano al campo de la oposición.
En la casa Rosada dicen que ojalá Moyano vaya a fondo porque el primer perjudicado va a ser él. Lo ven aislado en la central obrera y empantanado en su alta imagen negativa frente a una presidenta que tiene la mayor imagen positiva de su vida. Por eso dice que es ahora o nunca. Mas poder del que Cristina tiene ahora no va a tener. Moyano siente que en un par de meses los ajustes y tarifazos van a sembrar mal humor en la clase media y crecerá la protesta social. Cuando la pelea salga de las urnas y desembarque en la calle, Moyano sentirá que habrá llegado su momento para pasar las facturas y pelear por la revancha. En la calle, en la protesta social es donde Moyano se hace más fuerte. Moyano se prepara para ese día. Si es que Cristina no le corta antes la cabeza.