No es un cuento de Jaimito
Si estaban escuchando este programa ya saben que hay más informaciones para este boletín.
Si estaban escuchando este programa ya saben que hay más informaciones para este boletín. Un nuevo pedido de captura de Ricardo Jaime y ya fue declarado en rebeldía. Y no es un cuento de Jaimito. La inminente foto de Ricardo Jaime en la cárcel es una sorpresa demoledora para aquellos que quieren ocultar la matriz corrupta de este gobierno.
El ex vicepresidente Julio Cobos confirmó una verdad que todos comprobaron: Jaime reportaba directamente a Néstor Kirchner. Por eso la incorruptible Elisa Carrió le rogó a Dios que “vayan todos presos, incluida Cristina”. Porque no se trata de un caso suelto de corrupción que en todos los gobiernos aparecen. No es un solitario secretario de estado que cobró un par de coimas y chau. Jaime es un emblema del sistema delictivo instalado desde el estado para enriquecer a sus funcionarios. Para llenar bóvedas de dinero que se pesa y se levanta en pala y en cuchara sopera. Jaime es un eslabón clave en la cadena mafiosa que vinculaba a empresarios y gremialistas coimeros con Néstor Kirchner. Hay muchos testigos de la aparición de Jaime en el despacho de Néstor, a la nochecita con los bolsos y las bolsas de la presunta recaudación.
Hasta Miriam Quiroga, la secretaria personal de Kirchner declaró eso ante la justicia. Pero el terremoto de inmoralidad no solamente sacude a la cima del proyecto nacional. Muchos militantes que defienden los derechos humanos no pueden soportar que el primer preso del ladrikirchnerismo sea Jaime que transó en el Belgrano Cargas con José Pedraza. Y esto es imposible de bancar. Pedraza está preso por el asesinato del dirigente del Partido Obrero, Mariano Ferreyra y es la demostración de que los negocios turbios muchas veces necesitan de los crímenes.
La pregunta tiene una respuesta obvia y terrible pero hay que hacerla: ¿Jaime hizo su maniobra sucia con Pedraza sin decirle nada a Néstor? Por eso se degrada la credibilidad de lo que dijo Máximo Kirchner sobre que a su padre lo había matado, entre otras amarguras, la que tuvo que sufrir por el asesinato del joven trotskista. En esa época todos eran socios. Todavía puede verse en youtube el video de Cristina bailando al compás de los bombos con un gorrito verde de la lista de Pedraza en una celebración del sindicato ferroviario. Insisto, Jaime no es cualquier kirchnerista. Vino con Néstor desde Río Gallegos y estuvo en su gobierno y en el de Cristina durante 6 años. No fue un funcionario fugaz.
Es alguien del riñón del poder. Por eso hay pánico en la Casa Rosada. Temen que Jaime, enojado porque cree que le soltaron la mano, se disponga a prender el ventilador y ensuciar a medio mundo. La clásica frase: si voy preso, hablo.
Jaime es tal vez, la cara mas menemista de tantas truchadas. Su colorcito tostado de cama solar, las corbatas colorinches de Versace y su exhibicionismo de relojes, autos, aviones y yates caros lo pusieron en el centro de la escena. Tiene 20 causas y no solamente la ética y la estética sirve para compararlo con María Julia Alsogaray.
Como si esto fuera poco, está prófugo. Y la presidenta no dijo una sola palabra. Repito: un funcionario de su esposo y de ella misma se escapó de la acción de la justicia y para la jefa del estado esa actitud no merece ni un comentario. Hay que recordar que Jaime, también está procesado por el siniestro ferroviario de estación Once.
Como dice Omar Lavieri, se trata de la más horrorosa de las estafas, de “la corrupción seguida de muerte”. Hasta el abogado de Jaime es lo que cualquier integrante de Carta Abierta o de La Campora definiría como un ex fiscal de la dictadura y defensor del genocida Roberto Viola. Jaime es un sapo demasiado grande, no se puede digerir.
Algo nuevo está ocurriendo en un sector de la justicia. Hay jueces y fiscales que decidieron no permitir mas presiones ni amenazas. Hay jueces y fiscales que no soportan que Cristina se quiera llevar puesta la justicia a los empujones. Y para eso están dispuestos a investigar al poder con profesionalidad y hasta las últimas consecuencias. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Aunque el que caiga sea Ricardo Jaime, un soldado de la primera hora de los Kirchner. Por eso el jefe del radicalismo le pidió a Cristina que lo entregue y deje de encubrirlo.Y esto no es ningún chiste de Jaimito. Esto no le hace gracia a nadie. Solo produce indignación y bronca.