No saquear la democracia
A la democracia no se la saquea. A la democracia se la defiende, se la venera y se la llena de contenido.
A la democracia no se la saquea. A la democracia se la defiende, se la venera y se la llena de contenido. La responsabilidad de todo argentino bien nacido es la de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que la democracia sea el instrumento que le de al pueblo la mayor equidad y felicidad posible, la mayor justicia social, la mayor libertad y el mayor pluralismo.
Y por supuesto que esa consolidación del sistema que todos queremos deber ser en el marco de la ley, de la Constitución Nacional y del respeto por las autoridades legalmente elegidas. Nadie duda de eso. Y por lo tanto la sublevación extorsiva de las policías provinciales debe ser repudiada por la sociedad y condenada por la justicia. No se puede permitir que nadie le ponga una pistola en la cabeza a las instituciones.
La democracia para ser cada vez mas fuerte y sana debe extirpar de su cuerpo algunos cánceres que suelen ser letales. Hablo de los grupúsculos golpistas, los corruptos de todos los colores y los narcotraficantes que envenenaron las instituciones y la familia argentina. Hay que combatir fuertemente contra estas lacras.
Pero hay que hacerlo sin soberbias ni autoritarismos ni sectarismos desde el estado. Y sobre todo sin mentiras como la de la inflación y tantas otras. Solo la verdad es revolucionaria. El engaño tiene patas cortas y acumula una tensión que finalmente explota y es funcional a los que no creen en las urnas. Hay que hacer todo lo que falta con un criterio de agenda de estado, con los brazos abiertas hacia los distintos pensamientos y no con el ataque permanente a los que piensan distinto o a los que no se arrodillan ante las ordenes de Cristina. La democracia es por definición horizontal, multicolor y crítica de todos los poderes, del político y del económico. La democracia que se quiere verticalizar y pintar de un solo color es una pesadilla hegemónica que solo le sirve a las sectas.
Ayer volvió una Cristina auténtica. La de siempre. La que sigue hablando de los problemas como si recién llegaran a la Casa Rosada. Y hace diez años que están gobernando con el poder que ningún partido tuvo desde 1983. Con superpoderes y facultades delegadas. No alcanza con decir que la policía es antidemocrática y que hay que subordinarla como a las Fuerzas Armadas. Eso va de suyo. Pero una policía con comportamientos del pasado no explica todo lo que pasó estos días de cólera donde murieron muchos argentinos y donde estallaron muchos de los lazos solidarios entre iguales. Hay algo mas detrás de esta Argentina en llamas. Es un síntoma de una enfermedad grave que en varios casos fue fomentada por los Kirchner.
La señal de que todo vale. De que las reglas están para ser violadas. Quebraron un contrato de respeto al otro y a las reglamentaciones que no solo no fue revolucionario, se convirtió en una guerra constante contra todos que despertó disvalores terribles como el odio social y racista, la necesidad de venganza y el resentimiento. Es cierto lo que dijo Cristina de que no hay que permitir que se instale el miedo en la sociedad. Pero también es cierto que muchas veces fue su propio gobierno el que intentó dominar por el medio del castigo y los latigazos. Como bien dijo Santiago Kovadloff, en algún lugar, el saqueo de abajo es un reflejo fantasmagórico del saqueo de la República. De los intentos de domesticar la justicia y los medios de comunicación.
Del vamos por todo. La presidenta se queja porque la justicia procesó a Sergio Berni por detener a quienes cortaban la General Paz. Pero fue su gobierno y sus amanuenses los que todo el tiempo estuvieron fomentando esa actitud que no permite convivir pacíficamente en sociedad. Y si algún periodista osaba criticar tanto piquete de 20 personas era inmediatamente descalfiicado como reaccionario, de derecha, destituyente y antipopular. ¿Recién ahora se dieron cuenta que la convivencia es un valor que todos debemos defender? Que no se puede fomentar todo el tiempo los cortes porque son contra Macri, De la Sota o Bonfatti? Que en algún momento eso se vuelve contra Cristina. ¿Tanto tiempo les costó descubrir una verdad tan elemental?
Se quejan porque fueron pocos los que participaron del acto de ayer sin ser verticalmente kirchneristas. Pero no se puede estigmatizar todo el tiempo a ex presidentes o figuras políticas que no comulgan con el gobierno y después, por arte de magia, pretender que esa persona olvide en un instante las humillaciones y vaya al pié de Cristina porque ella decidió ahora privilegiar las coincidencia y no las disidencias. En un día no se limpia lo que se ensució en 10 años.
En un día no se sutura la herida que se abrió durante una década. Hay que empezar lo antes posible a curar la fractura social expuesta. Creo que una buena consigna sería la del comienzo: A la democracia no se la saquea. Se la defiende, se la venera y se la llena de contenido. No hay lugar para los golpistas ni para los corruptos pero tampoco para la mentira y la soberbia. Como decía la canción. Hay que empezar por uno mismo. Después seremos dos.